@SuarezRMarca | Memo Ochoa, Egor Filipenko y Fabio Espinho comparten el dudoso honor de ser los únicos jugadores de la plantilla del Málaga que, estando en condiciones físicas, aún no saben lo que es defender los colores blanquiazules esta temporada. Mastour y Santa Cruz, que también llegaron este verano, aún no están a disposición del entrenador, uno por temas burocráticos y otro porque está saliendo de una grave lesión.
Cuando las cosas están mal, y en el Málaga hay muchas que no funcionan, es irremediable echar un vistazo al banquillo o a la grada. Pero ni por esas Javi Gracia confía en que ellos cambien la situación a mejor. Lo máximo a lo que han optado hasta ahora es a estar de relleno en alguna convocatoria y a calentar, en el mejor de los casos, unos minutos en la banda.
En el caso de Espinho, son muchos los que se preguntan por qué, con la carestía de creatividad que sufre el centro del campo malaguista, no le ha dado el entrenador ni una opción. Su última aparición fue en pretemporada, en el torneo de presentación en La Rosaleda, en el que marcó incluso un gol. Desde entonces, agua. Ni con la salida de Darder ni con la lesión de Camacho ni con las sanciones de Tissone y de Recio. Fornals, Duda y Juanpi están por delante del luso, que está el séptimo en la lista de medios… y son siete.
Peor aún pintan los casos de Ochoa y de Filipenko. El mexicano, tras coronarse en el Mundial de Brasil, se ha encontrado desde su llegada con un espectacular Kameni. El camerunés fue el elegido para defender la portería y a Ochoa sólo le quedó la Copa la pasada temporada, algo que sucederá también este año. Aún no sabe lo que es jugar en Liga con la camiseta del Málaga.
En cuanto al bielorruso, vino como refuerzo de urgencia ante la plaga de lesiones que sufrió la posición de central en enero. Sin embargo, su estado de forma no era el mejor pues venía de un mes sin competir por el parón liguero. Gracia le dio 30 minutos ante el Levante en la Copa, en una eliminatoria más que encarrilada. Filipenko hizo internacional a Barral, el equipo pasó de ronda de milagro y Egor quedó sentenciado. No jugó más en el resto de la temporada, ni en Copa ni en Liga. Se esperaba que su rol cambiase en verano, con una pretemporada en condiciones y con la salida de Sergio Sánchez. Pues ni por esas. Gracia pidió un nuevo central ante la enésima recaída de Flávio y llegó Albentosa.
O mucho cambian las cosas o el futuro de los tres no está teñido de blanquiazul. Enero está a la vuelta de la esquina. Dos meses y medio tienen para convencer a Gracia de su validez. Difícil.