@JuanjeFernandez || La semana ha sido muy fructífera en las oficinas de La Rosaleda. El cuadro malaguista ha acelerado del proceso de salidas con las ofertas recibidas por jugadores como Roberto Rosales, que podría cerrar su pase al Girona en los próximos días, Bakary Koné, que se marchará cedido a jugar en el Trabzonspor de Turquía, Michael Santos, que negocia su salida al Copenhague aunque el jugador no está convencido de salir a Dinamarca, y las salidas ya oficializadas de Cecchini y ‘Chory’ Castro. Una parte necesaria para poder llevar a cabo la renovación que necesita el equipo y que Juan Ramón López Muñiz ha propuesto a Caminero desde el primer día de reuniones entre ambos.
En esa reforma tiene prioridad absoluta firmar a un delantero. Tras la negativa del Getafe a desprenderse de Jorge Molina, el delantero alicantino se encuentra cerca de renovar su contrato por los azulones en palabras del presidente Ángel Torres, el Málaga ha vuelto a emplear sus fuerzas y recursos en el otro deseo que tenía la dirección deportiva. Se trata de Rubén Castro. El delantero canario es el punto con el que sueñan los blanquiazules. Muñiz suspira por el atacante y ha pedido a Caminero que haga todo lo posible por firmar a un jugador por el que pelean muchos equipos.
El propio entrenador asturiano lo dejaba caer durante su presentación. “El mercado está parado y eso nos beneficia. En Segunda hay tres o cuatro jugadores por los que estamos interesados muchos de los equipos de la categoría”. Precisamente a la figura de Rubén Castro era a la que se refería el nuevo entrenador blanquiazul. En el Málaga no son optimistas con la operación. En primer lugar, el veterano punta tiene todavía un año de contrato con el Betis, que no está dispuesto a rescindirla de cualquier manera.
El otro problema que tiene el Málaga es precisamente la competencia por su fichaje. La inacción a la que se vio sometido el cuadro malagueño, sin director deportivo y entrenador durante varias semanas, le ha hecho partir con desventaja en algunas negociaciones y la de Rubén Castro es una de ellas. El delantero parece tener preferencia por volver a Las Palmas, que ha puesto una jugosa oferta encima de la mesa por él. Una situación complicada que está dilatando la que tiene que ser la operación estrella del mercado en clave boquerona.
Al igual que ocurre con Jorge Molina, Rubén Castro tiene cifras que asustan en la división de plata. Ya en la campaña 2003-2004 fue capaz de ser pichichi de Segunda jugando en una UD Las Palmas que ese curso acabaría bajando a Segunda B. Años después fue capaz de superar la decena de goles en equipos como el Huesca y el Rayo Vallecano siendo sus dos últimas temporadas estelares con el Betis. 27 goles en el ascenso verdiblanco de 2011 y 31 en el de hace tres campañas. Unos números que le convierten en uno de los mejores goleadores en activo de la Segunda División. Algo que valoran mucho por La Rosaleda.