@SuarezRMarca | Ni falta de confianza ni mala suerte ni las estadísticas en Vallecas ni tampoco la inseguridad en los despachos. No caben más excusas para un Málaga que comenzará el partido ante el Rayo en posiciones de descenso, penúltimo, tras los triunfos del Granada y de Las Palmas en la noche del sábado.
Urge el triunfo porque lo necesitan de veras. Ya sea para que se convierta en el punto de inflexión que inicie el despegue definitivo del equipo o bien para acabar con esa pésima racha que le ha convertido en el peor equipo de Europa como visitante después de no marcar un gol como visitante en siete partidos.
Gracia seguirá buscando su once ideal, en el que ahora tiene cabida Filipenko como pivote defensivo. Igual que Horta, Tighadouini y Espinho ya tienen la cruz en sus espaldas desde lo del Mirandés -e incluso antes-, ahora el técnico se la ha puesto a Tissone, quien se queda fuera por decisión técnica por primera vez. En defensa volverá Weligton, acompañado en esta ocasión por Albentosa. Pero el problema principal sigue estando arriba, donde no llegan balones para que el ariete remate. En esta ocasión será Cop el que actúe en lugar de Charles. Amrabat y Duda son inamovibles junto a Juankar. Pablo Fornals también aparecerá en ese once.
Enfrente, un Rayo capaz de lo mejor y de lo peor. No tiene término medio el equipo de Paco Jémez, que lo mismo marca cinco goles en un rato que los recibe en contra y tira el encuentro por la borda.
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