@SuarezRMarca | La confianza de Míchel en sus jugadores nunca la ha perdido. Cierto es que envió un mensaje de crítica a sus futbolistas tras la remontada del Numancia en Copa, pero el técnico madrileño quería motivarles y cree haberlo conseguido. "Los entrenamientos eran buenos y han sido mucho mejores y estamos preparados para un partido como el de mañana. El mensaje también se lo envié en el vestuario. Los jugadores son de Primera porque los he defendido pública y privadamente, pero es necesario dar un paso adelante y es el momento", ha explicado el técnico del Málaga, quien ha añadido que "estamos a tiempo y tenemos el nivel suficiente para dar la vuelta a la situación".
Para ello, Míchel podrá contar con Roberto, que regresa tras perderse los dos últimos encuentros. "Roberto jugará. Podría haber jugado en Soria pero no era necesario porque Andrés estuvo excelente en el Nou Camp. Para la causa hemos ganado otro portero entre medias", ha desvelado antes de echar un capote a Borja Bastón, que sigue con su sequía. "Los delanteros viven del gol y cuando no lo tienen no puedes decir que uno esté a gusto o jugando bien. Intentamos que tengan participación en el juego pero sobre todo en el área. En Girona, Borja estuvo en seis ocasiones de gol, y es lo que buscamos, que los delanteros estén en disposición de remate. Y no sólo ellos, también los centrocampistas y extremos. Pero un delantero sin gol es lo que pone en duda a cualquier punta por muy bien que juegue".
Por lo que respecta al rival, el Celta, para Míchel hay un nombre clave en su buen hacer. "La aportación de Tucu Hernández, que se ha hecho indispensable, ha mejorado las prestaciones en el centro del campo. Iago Aspas es un jugador de gran nivel y Maxi arriba es una referencia. Es un equipo estable, que está teniendo mejores resultados que sensaciones fuera de casa, han cambiando el entrenador, pero el bloque es el mismo y los códigos también. Es un equipo que viene de lejos y Unzué ha sabido, dentro de su estilo, respetar las señas de identidad del equipo que estaban funcionando bien".
En lo que no pierde el entrenador madrileño un ápice de su tiempo es en preocuparse por las pintadas, "que podrían haber sido 10.000, pero ha sido una. Manifestaciones individuales y coelctivas a favor del equipo he tenido un montón. Yo me quedo con lo que hace el Frente Bokerón, que dice "aquí no se rinde nadie". Entiendo que la gente esté enfadada, porque lo estamos nosotros. Pero la gente en la calle nos anima porque quieren a su equipo en Primera, y el mejor apoyo es tenerlos a ellos como los tenemos siempre que jugamos en La Rosaleda", espetó.
En cuanto al árbitro, Míchel pide a los suyos que no se obcequen con ellos, "a pesar de que el martes recibimos otro gol en posición antirreglamentaria. Creo que está bien que nos hagamos notar, pero nosotros debemos centrarnos en el juego. Es cierto que hay situaciones que se repiten y nos perjudican pero eso va a cambiar… espero", concluyó.