Compartir esta publicación
@JuanjeFernandez || La Copa del Rey presenta este año un nuevo formato muy atractivo para el espectador y que dará mucho juego en sus primeras rondas donde equipos de Regional y Tercera se medirán al fútbol profesional. Es el caso del Málaga, que visita el Eusebio Arce para medirse a toda la ilusión que pueda albergar el vetusto y modesto campo del Escobedo cántabro. Al equipo de Víctor Sánchez del Amo no le llega la primera ronda copera en su mejor momento. Con bajas, el problema habitual de las fichas, con un importante partido el sábado ante el Lugo por delante y con poco descanso con respecto a la pasada jornada de Liga.
Por si fuese poco hay una maldición que persigue al Málaga en el último lustro y que le ha hecho quedar eliminado en la primera ronda en la que participaba en cinco de las últimas seis ediciones. Además, en esas últimas ediciones el equipo fue eliminado por rivales de menor entidad y en la mayoría de los casos de menor categoría, como Mirandés, Córdoba o Numancia han dado buena fe de ello.
Sin embargo hay precedentes positivos. El Málaga no se medía a un rival copero de dos categorías inferior desde el año de Champions con Manuel Pellegrini, curso 2012-2013. En aquella ocasión, los blanquiazules pasaron dos rondas ante equipos de 2ºB siendo el club de Martiricos uno puntero de Primera en ese momento. El Cacereño fue el que apareció en 1/32 de final en una eliminatoria sufrida que el Málaga resolvió gracias al 3-4 de la ida. El siguiente rival fue el Eibar, por aquel entonces en la categoría de bronce, el Málaga pasó en La Rosaleda tras el 1-1 de la ida y el 4-2 final en casa, actuación espectacular de Diego Buonanotte.
Habría que irse a la Copa de 2005-2006, año de descenso a Segunda, para encontrar una eliminación ante un equipo de dos categorías menos que el boquerón. Con Tapia en el banquillo, los malacitanos cayeron derrotados en los penaltis tras el 1-1 final ante un CD Baza recién ascendido al grupo IV de Segunda B.
Seba Fernández pelea un balón en Ipurúa