@RadioMarcaMLG || La alerta roja ya ha sido desatada en Martiricos. La derrota ante el Betis y los nueve puntos en once jornadas han levantado todas las sospechas de que, definitivamente, el conjunto blanquiazul se encuentra en una crisis de resultados. Las victorias en casa y el difícil calendario habían aparcado la tan temida palabra a la espera de que los malaguistas se midieran a equipos de la zona media baja de la tabla, equipos de ‘su Liga’ como le gusta decir al público o a los propios jugadores en sala de prensa.
Sin ningún tipo de duda, el gol es el principal problema que asfixia cada semana al conjunto de la Costa del Sol. Cinco tantos en once partidos y el no haber conseguido ver puerta en nueve de esos once choques han puesto la lupa sobre la zona atacante del equipo. Charles no encuentra la racha y Duje Cop es una sombra de lo que nos mostró en pretemporada. Además, Horta no ha despegado, Espinho es una incógnita que pinta mal y Tighadouini funciona a rachas como si fuese un viejo coche usado. Pero el problema del gol no es más que el resultado de una suma de circunstancias que empiezan en el centro del campo. La pareja Recio – Tissone se ha convertido ya en una de las más repudiadas por la afición blanquiazul, probablemente al nivel al que en su día llegaron Juanito y Dani Toribio, buenos profesionales pero nefastos organizadores de juego. Falta creatividad y falta consistencia, no es para menos, tanto el malagueño como el ítaloargentino están jugando fuera de su sitio, la mediapunta. La mala gestión del equipo es otro de los problemas que se unen al peor de todos, la planificación de la plantilla. Gracia es incapaz de hacer zumo con los ingredientes que le han dado y se empeña en estrujar dos piedras para sacar líquido elemento. El navarro es testarudo, sí, pero más lo son quienes le han dejado una de las plantillas más descompensadas de la historia del club y son incapaces de entonar una disculpa.
Las soluciones están por ver mientras que la afición apunta a un cambio en el estilo de juego. Más ofensivo y con menos posesión de balón. La cantera también ha saltado a la palestra gracias al buen arranque de temporada de jugadores como Kuki Zalazar, Deco u Ontiveros. El salto de la Tercera a la Primera es vertiginoso, una apuesta por la subida masiva de chavales podría dar al traste con una buena generación de jugadores incluso antes de que Vicente Casado y compañía decidiera venderlos a algún fondo de inversión. Once días que mañana serán diez. El tiempo pasa y presiona a los malaguistas que hoy volvían al entrenamiento en el ‘Ciudad de Málaga’ con la idea y el trabajo para salir de la zona triste de la clasificación, aquella que tiene al Málaga y a sus aficionados sumidos en una profunda depresión.