@Carloshernando_ | La temporada de Diego Llorente en Martiricos ha llegado a su fin en esta temporada. El motivo de ello es la cláusula del miedo que incluye el contrato de cesión del Real Madrid, equipo al que se enfrenta el Málaga en la última jornada. Suele ser habitual en la entidad blanca este tipo de formalidades y que significan algún que otro quebradero de cabeza para los clubes de Primera División a la hora de formar un once.
Afortunadamente, la temporada ya no corre peligro para el futuro del Málaga gracias a la excelente dinámica que ha alcanzado el equipo de la mano de Míchel. El entrenador madrileño conocía mejor que nadie a Diego Llorente, siendo el principal salvador del canterano merengue, rescatado psicológica, mental y físicamente para volver a rendir y cuajar partidos que le llevaron incluso a la Selección Española.
Y es que este año ha sido muy complejo para Llorente. Con Juande Ramos y Marcelo Romero, la defensa fue una de las principales señaladas por la cantidad de goles que encajaba el equipo jornada tras jornada, así como por los fallos del canterano madridista a la hora de la salida del esférico y por sus discrepancias con su pareja en la zaga, convirtiéndola en una completa anarquía. En cuanto al balance como blanquiazul, Llorente ha disputado 24 partidos (25 si juega en Anoeta), anotando dos goles y recibiendo dos tarjetas amarillas y una roja en el Camp Nou.
La esperanza para el malaguismo reside en que tanto el central como Málaga y Real Madrid vuelvan a renovar esta cesión, siendo esta al parecer la mejor opción para el crecimiento de Llorente como jugador dentro de un club con aspiraciones europeas y con un técnico como Míchel que desea contar con él para el próximo curso. La Rosaleda no lo verá más este año, aunque ansía disfrutar de él la próxima temporada.