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@JuanjeFernandez || El 2019 se va en Martiricos y el repaso al año no puede ser peor para los blanquiazules. Un año que comenzó con el equipo liderando la Segunda División del fútbol español y que ha finalizado con el equipo rozando los puestos de descenso a Segunda B, pozo del que nadie quiere oír hablar. 365 días de mucho sufrimiento donde los aficionados boquerones han tenido que ver a su equipo perder un play-off de ascenso y casi estar luego al borde de no poder salir a competir todo en el mismo tramo de doce meses.
Los deseos del malaguismo están claros para este 2020 que llega a La Rosaleda. En primer lugar se encuentra el tema institucional, aunque separarlo del plano deportivo parece una tarea verdaderamente imposible. El club de Martiricos entrará en el nuevo año pendiente de saber quién va a ser el dueño de su designios. BlueBay, Al-Thani o un Administrador concursal pueden ser los que lleven la batuta de un club para este nuevo anuario.
En el plano deportivo también parece obvio que sacar al equipo de la zona delicada de la clasificación es el objetivo prioritario. Para eso, Víctor ya ha escrito la carta de los Reyes Magos con la figura de un delantero como principal deseo. El Málaga deberá ganar al menos 6 ó 7 partidos si no quiere pasar apuros en esta segunda vuelta de la competición, por desgracia el sueño de Primera ni se pasa por la cabeza del malaguista de a pie.
La afición también tiene su deseo para la nueva anualidad. Hacer de La Rosaleda un nuevo fortín es el deseo de una grada que ha visto como la afluencia de público ha bajado casi en 4.000 asistentes de media menos que la temporada pasada. Una bajada que no hace justicia a una grada que no ha parado de recibir disgustos y que se ha llevado muchos desengaños. Estos son los deseos para una entidad que sueña con dejar su pasado atrás.
El plano deportivo debe mejorar // MCF