@JuanjeFernandez || El Málaga de Míchel está en construcción. Es un hecho evidente que ha dejado la continuación de la pretemporada que ha supuesto los dos primeros partidos de LaLiga. El preparador madrileño sigue ensamblando las piezas de su puzzle. Una plantilla que ha sufrido hasta 26 movimientos en este mercado de verano. La defensa de cinco o con cuatro jugadores, el apoyo de Kuzmanovic en el centro del campo o la posibilidad de ampliar horizontes en ataque con la llegada de Diego Rolan son algunos de los temas que ahora mismo tiene Míchel en su pizarra.
El centro del campo es la zona donde está colocada la lupa de los aficionados y el entrenador tras la derrota del equipo en Montilivi. El propio Míchel reconocía el problema del equipo en la circulación del balón. Como ocurrió ante el Eibar, el Málaga tuvo la posesión del cuero pero no fue capaz de sacar de provecho de la situación. Adrián González es uno de esos jugadores a los que el partido les superó. El madrileño está repartiendo tareas entre el ataque y la defensa en estos primeros partidos. Con Cecchini y Rolón en pleno proceso de adaptación, Míchel se ha visto obligado a sacrificar al futbolista y dividir sus funciones.
El problema está en que el jugador no encuentra su sitio. Ante el Girona solo participó en 18 pases del equipo. No sería preocupante de no ser que su posición en el campo empezó siendo la de enganche entre la pareja Recio-Kuzmanovic y Borja Bastón. Los cambios acabaron retrasando al madrileño hasta el doble pivote. No hubo suerte y la efectividad en el pase fue más baja de la habitual. Salir de la mala racha de resultados y sensaciones dependerá de lo que el equipo sea capaz de hacer cuando tenga el balón. Ahí, la figura de Adrián será clave.