@SuarezRMarca | Juande Ramos es, desde el momento en el que la dirección deportiva supo de las intenciones de Javi Gracia de marcharse al Rubin Kazan, el candidato número uno para hacerse cargo del banquillo del Málaga, tal y como se apuntó el domingo desde esta web. Se sabía que las negociaciones no serían sencillas por el elevado caché del técnico manchego, pero se esperaba que lo sentimental fuera una buena baza a favor. Eso y, por supuesto, el proyecto deportivo que se le ofreciera.
De hecho, Juande abandonó en su día el Málaga cuando vio que no había una verdadera intención por dar un salto de calidad. Prefirió quedarse una temporada en blanco antes de comprometerse en La Rosaleda con un proyecto que no le convencía. Es eso nuevamente lo que está encima de la mesa en las negociaciones para su regreso.
El entrenador manchego, después de dos temporadas sin entrenar tras su salida voluntaria del Dnipro, se ha mostrado dispuesto a rebajar considerablemente sus pretensiones económicas. Y, por supuesto, él y su familia están encantados con la posibilidad de regresar a la Costa del Sol. Así que el único obstáculo, que en estos momentos se intenta superar, es el de la parcela deportiva.
Juande quiere máximo control en su plantilla, que no se desintegre el equipo y que, aprovechando el incremento en los ingresos por derechos televisivos, se refuerce para elevar el nivel. En esas están. Las posturas están cada día más cercanas, pero en esto del fútbol nunca se puede dar por sentado nada. En el Málaga piensan que Juande será el relevo de Gracia, pero por si acaso, mantienen abiertas otras opciones, de entrenador más jóvenes, con menos experiencia pero con una ilusión que también transmite confianza a la dirección deportiva.