@SuarezRMARCA | Sin gol no hay fiesta ni sonrisas ni alegría. Sin gol no hay fútbol. Sin gol lo único que hay es una terrible sequía que amenaza con una travesía por el desierto a poco que te descuides. Y ese camino lo ha comenzado ya el Málaga en esta Liga de la que ya se han jugado tres encuentros sin que los blanquiazules hayan perforado la meta contraria. Vale, sí, lo hizo Charles contra el Sevilla, pero no subió al marcador.
Precisamente, el delantero brasileño volvió a ser protagonista negativo del choque. Tal y como le ocurrió en el Camp Nou cuando pudo dar el empate en el último segundo, en esta ocasión, al borde del descanso, Charles sí remató, mas su remate se estrelló en la frente de Riesgo. Fue la única oportunidad clara para los de Gracia, la única intervención complicada que tuvo el meta del Eibar en el encuentro.
No es que los armeros amenazaran a Kameni. De hecho, el camerunés no tuvo que esforzarse en ninguna ocasión. Sí que vio peligro por su zona en alguna ocasión, pero los delanteros no estuvieron nada finos. Borja Bastón tuvo la mejor cuando se quedó solo ante él, pero un ligero toque con Albentosa le hizo perder su ventaja. Reclamó penalty, que no existió.
Nada más pasó en el partido, salvo que debutó Tighadouini por los blanquiazules. No hizo nada destacable, como el resto de sus compañeros. Menos mal que este Málaga tenía más gol que el anterior. De momento, sigue sin mojar y ya van 270 minutos.