@SuarezRMarca | Hace 30 años perdió la vida José Antonio Gallardo. Un portero malagueño, de Torremolinos, que tenía el futuro en sus manos, en sus guantes, para ser más exactos. El guardameta había estado a la sombra de Fernando durante su primera época en el primer equipo, y tras la salida del rondeño al Sevilla, sabía que la portería era suya. Pero en una desgraciada tarde en Balaídos, el 21 de diciembre de 1987, un choque con el entonces delantero céltico Baltazar le provocó una lesión en la cabeza. Aunque parecía haberse recuperado, unos días después su situación empeoró para ya nunca mejorar.
El Málaga, en esta nueva época en la que recordar a sus héroes se ha convertido en una bonita obligación, ha tenido a bien homenajear a Gallardo concediéndole la puerta número 13. Un acto en el que han estado presentes familiares, amigos, ex compañeros y representantes de la Fundación y del club, como Basti, quien ha expresado que Gallardo "es eterno, nuestro guardián de Martiricos, cuyo nombre quedará grabado para siempre".
José Gallardo, padre del malogrado guardameta, se ha mostrado agradecido por este reconocimiento. "Lo dio todo por el Málaga. Agradecer a los aficionados porque este homenaje se haya hecho realidad. Lo agradezco en el alma”.
El Antequera también ha querido participar en el homenaje del que fuera jugador del Antequerano en la temporada 83/84 entregando una placa a sus familiares.
