@SuarezRMarca | Cualquier malaguista podrá decir con toda la razón del mundo que esta noche se ha sentido maltratado, humillado y hasta robado con lo sucedido en El Sadar. Pero es que cualquier aficionado imparcial podrá decir exactamente lo mismo al ver la lamentable actuación de un supuesto colegiado que responde a los apellidos De la Fuente Ramos. Él solito se encargó de cargarse el partido, de facilitar una remontada a un Osasuna que se llevó un premio más que inmerecido ante un Málaga que sufrirá las consecuencias de la derrota también en el siguiente encuentro.
Porque las expulsiones de Blanco Leschuk y de N'Diaye, más las amarillas recibidas por Adrián, Ricca y Ontiveros, harán que se pierdan el choque ante el Sporting de Gijón. Y todo gracias a un árbitro (sic) al que se le fue el encuentro de las manos en cuanto los de Arrasate subieron su agresividad. Ese punto entre lo permisible y lo permitido no lo supo medir el en teoría juez del encuentro, que permitió todo a los locales y nada a los blanquiazules.
Sólo así se puede explicar la expulsión por doble amarilla de Blanco Leschuk, ambas por, según parece, sacar el codo a pasear. Las imágenes de las acciones demuestran que el argentino no abre los brazos para golpear al rival en ninguna ocasión. Si ya en la primera lo que hace es saltar mientras Unai se agacha, en la segunda cartulina ni siquiera impacta en el rostro del actor, sí, actor de Osasuna.
Era el minuto 74 cuando Blanco fue injustamente expulsado. Tres minutos después llegaría el tanto del empate navarro, obra de un Juan Villar que ganó la posición a Luis Hernández en el segundo palo para rematar a bocajarro ante Munir. Ese gol neutralizó el que había anotado Pau Torres a saque de falta de Pacheco.
Precisamente fue Pau el protagonista involuntario de la enorme trifulca que acabó con la expulsión de N'Diaye y de Xisco. El central se negó a darle la pelota a David Rodríguez, que quería sacar rápido, y este le propinó un manotazo a Pau que vio N'Diaye. El senegalés fue a defender a su compañero y de nuevo David sacó a pasear su mano, lo que encendió al blanquiazul. Ya no era un partido de fútbol, ya era un combate de judo entre N'Diaye y Xisco, que le agarró de los hombros para encender al rival aún más.
El colegiado tomó la decisión salomónica de echar a ambos, pero aún se guardaba varias cartas. La primera, con una falta al borde del área que ejecutó magistralmente Roberto Torres. Y luego, con las amarillas de Adrián y a Ontiveros, que le hará cumplir sanción en Gijón. Antes la había visto Ricca, que por el mismo motivo no estará en El Molinón. Y es que cada pérdida de balón de Osasuna era sinónimo de falta y de amarilla para el Málaga.
Aun así, Héctor, que minutos antes de la expulsión de Blanco recibió un brutal e intencionado codazo de Lillo -se fue de rositas- tuvo la última ocasión de oro para empatar, pero su disparo dentro del área rebotó en la espalda de un defensor. Ya no hubo para más, salvo para que El Sadar celebrase el triunfo como si de la misma Champions se tratase. Raro fue que no sacaran a hombros a su mejor jugador, un De la Fuente Ramos que se une a lo más alto de la lista negra de árbitros que han perjudicado, por decirlo suave, de manera clara al Málaga.
OSASUNA: Rubén; Lillo, Aridane (David Rodríguez, 77'), Unai García, Clerc; Rubén García, Fran Mérida; Kike Barja (Nacho Vidal, 64'), Roberto Torres, Brandon (Xisco, 64'); Juan Villar.
MÁLAGA: Munir; Iván Rodríguez, Luis Hernández, Pau Torres, Ricca; Juanpi (Ontiveros, 36'), N’Diaye, Adrián, Pacheco; Koné, Blanco Leschuk.
GOLES:
0-1, min. 21. Pau Torres se adelanta a todos para rematar un centro de falta de Pacheco y batir a Rubén.
1-1, min. 79: Juan Villar se adelanta a Luis Hernández en el segundo palo para rematar de cabeza.
2-1, min. 82: Roberto Torres marca de manera magistral en un golpe franco desde la frontal del área.
