@CesarRadioMARCA | Este Málaga sí es el que ha ilusionado a su afición, el que se ha ganado el título honorífico de equipo revelación y el que mantiene intactas sus opciones de jugar la próxima temporada competición europea. Hubo, como pedía Javi Gracia, cura de humildad, y se notó desde el primer instante del encuentro ante un Córdoba que tiene pie y medio en Segunda por culpa de ineficacia goleadora.
Y es que a pesar de que los blanquiazules encerraron en su área durante los primeros 45 minutos a los de Djukic, fueron los cordobeses los que disfrutaron de la mejor ocasión. Un contragolpe sensacionalmente llevado por Bebé habilitó a Ghilas, que se plantó solo ante Kameni. El camerunés, de dulce otra vez, midió los tiempos en su salida y achicó la portería para enviarla a córner.
Fue el peor momento de un Málaga excelente, con un excelso Darder al mando de las operaciones, y con una rítmica movilidad de los cuatro de arriba. Sólo faltó el gol a los locales en esa primera parte, que rozaron con un tiro al palo de Boka, porque lo demás lo hicieron de lujo.
No tardó demasiado tras la reanudación, cinco minutos, en hacer justicia el fútbol. Y eso que el tanto fue en una clara posición de fuera de juego de Juanmi. El coineño recibió un pase de Samu Castillejo a lo Laudrup y con un sutil toque con el exterior del pie derecho metió su séptimo gol de la temporada.
A partir de ese momento, el Málaga reculó, coincidiendo con la salida de Samu Castillejo, y el Córdoba se fue acercando con cierto peligro a los dominios de Kameni. Tanto fue así que en el minuto 61 Weligton hizo de Kameni con los pies y salvó el tanto que ya cantaban los cordobesistas.
Aunque lo siguieron intentando los de Djukic, el que marcaría sería Nordin Amrabat en una jugada individual en la que arrancó desde la banda izquierda, como a él le gusta, y se sacó un derechazo que se coló por el palo del portero por el único hueco por el que podía entrar. Golazo del marroquí, nula celebración y desafiante mirada al banquillo. Gracia se lo tomó con filosofía y aplaudió a Amrabat mientras sonreía.
Y es que no era para menos porque significaba la sentencia del encuentro, la suma de tres puntos y el borrar la nefasta imagen de Granada. El Málaga, con 44 puntos, vuelve a mirar hacia Europa, dejando a su más inmediato rival, el Athletic, otra vez a 8 puntos.
