@SuarezRMarca | Un gol en propia puerta, un jugador que abandona el campo en camilla directo al hospital, un penalty fallado… Cuando está escrito en el destino que no es tu día ni tu noche, ya puedes esforzarte lo que quieras que no te va a salir nada. Y eso es lo que le ha sucedido en Mestalla a un Málaga muy plano, carente de profundidad y que salió goleado ante un Valencia que hizo lo mínimo para llevarse la victoria.
Todo se torció para los de Gracia en el minuto 18. Después de un comienzo esperanzador, llevando incluso la iniciativa del juego, con la ilusión de ver a Camacho nuevamente sobre el césped, llegó una falta lateral que Piatti envenenó en el primer palo. Alcácer buscó el balón, pero fue Charles el que lo encontró, con tan mala fortuna que despejó hacia Kameni. El camerunés no se esperaba el error e hizo la estatua.
El tanto dejó muy tocado, demasiado, a los blanquiazules, que aún se hundieron más con la lesión de Angeleri. El argentino tuvo que ser retirado en camilla y trasladado a una clínica por precaución tras el fuerte golpe en la cabeza, aunque su estado no reviste gravedad. Pero su salida desajustó la defensa y en la siguiente acción, André Gomes aprovechó el hueco para entrar en el área y batir a Kameni. Enorme partido del portugués, el mejor de su equipo.
A pesar del mazazo, y aunque a ninguno le salía absolutamente nada, tiró de corazón el Málaga en los siguientes minutos y se encontró con un penalty por supuestas manos de Santos. Las imágenes dejaron claro que el balón le tocó en el pecho. Y como suele ocurrir, los penalties que no son, pues no entran. Duda se encargó de hacerlo cumplir tirando flojo y al centro para que Jaume, el ex de El Palo, se luciera y evitara las apreturas en el marcador. De estudio lo del portugués. El físico nunca le ha acompañado, pero si ya pierde su guante de seda…
Tras la reanudación, intentó dar más profundidad el técnico del Málaga con el cambio de Cop por un horrible Horta. No sabemos qué fue peor, si el remedio o la enfermedad. Sí arregló algo más la entrada de Tighadouini, el único con desborde y desparpajo en la plantilla. El problema fue que Gracia agotó los cambios e impidió que Camacho, que pidió su salida con vehemencia, tuviera que aguantar quince minutos más en el campo de lo que su cuerpo le pedía.
En ese arrebato final, y aunque el Málaga tuvo la posesión en la segunda parte, fue el Valencia el que volvió a golpear. El jugadón de Danilo marchándose de tres contrarios y rompiendo la cintura a Albentosa -quién le vio en el Eibar y quién lo ve ahora-, que le derribó claramente, permitió a Parejo marcar el definitivo 3-0 de penalty.
Ha vuelto el Málaga ramplón, que se esfuerza y corre como el que más, pero al que le falta muchísima calidad arriba, en el centro del campo y en las bandas. Y encima, en esta ocasión, no apareció el Kameni salvador. Resultado, que en 7 jornadas habían encajado 4 goles; en Mestalla se llevaron 3 de una tacada. A sufrir toca.
