@Pedromartinper | Desaparecido en el primer y segundo partido. Escondido en ataque y desubicado en defensa. Con inseguridad e intranquilidad cada vez que recibía bajo presión el balón en sus pies. Abriendo el campo y jugando con fluidez, pero sin el afán de sobrepasar líneas y arriesgar más en los pases en busca de peligro. Todo ello, en otro partido que pasó desapercibido, lo unificó en su encuentro Boulahroud. El marroquí volvió a ser aquel centrocampista que no parece tener la suficiente calidad para liderar la medular del conjunto blanquiazul.
Cierto es que Badr proporciona trabajo y sacrificio, aunque en la mayor de las veces no le basta con eso para ser de los más destacados. Ayer erró el 21% de los pases, y aunque mejoró en esa faceta respecto a su precisión en Santander –falló el 28% de los pases- sigue sin reunir cifras que avalen su fichaje por el cuadro malacitano. Además de ello, los de Víctor Sánchez del Amo perdieron la posesión de balón en cinco ocasiones cuando el `6´ dominaba el esférico (tuvo nueve pérdidas contra el Racing).
Pero Boula tiene un ángel de la guarda, y ese no es otro que Keidi Bare, que hizo el trabajo de recuperación y despliegue por ambos jugadores. Aquel jugador que brilló en el último partido en casa de la temporada pasada ante el Elche parece haber sido un espejismo. Por delante del pivote y con más protagonismo tuvo una actuación excelsa, disfrazándose de `Xavi´ con pases que levantaron al público. Pero ese Boulahroud desapareció como un fantasma a la semana siguiente en la ida de los Playoffs, volviendo a su punto de partida. Con José Rodríguez a la espera de la autorización para poder jugar, al marroquí se le complica la titularidad, más que por el nivel del `10´, por el bajo rendimiento del propio Boulahroud.