En la cúpula del Grupo II de Primera RFEF hay tres equipos que destacan por encima del resto. En el primer escalón está el Castellón y le siguen Ibiza y Málaga. Cada detalle influye y cualquier matiz es clave en cada paso de la carrera de fondo. Por eso está un condicionante de los blanquiazules. Este es el duro problema del Málaga CF que aprovechan sus rivales.
El cuadro malaguista registra hasta ocho futbolistas que han pasado por lesión esta temporada: Víctor García, Moussa, Juande, Sangalli, Juanpe, Manu Molina, Juan Hernández y Haitam (este último ha sido el jueves y ha significado un varapalo). A ellos hay que sumar Ramón, que desde que cayera lesionado la pasada campaña no ha vuelto a vestirse de corto. Todas ellas han mantenido alejados de la dinámica de sus compañeros al menso a un mes a los susodichos.
A diferencia de los competidores directos de los costasoleños el Málaga registra numerosas bajas de cierta duración. El Ibiza tuvo las lesiones de los metas Fabricio y Lluc Matas y el Castellón acusó la lesión del exmalaguista Cristian Rodríguez. Esas son las bajas más significativas, hubo más lesiones pero de menor importancia, como las de Kastaneer o Traoré por parte de los castellonenses.
Pellicer tiene los efectivos justos para afrontar los partidos, especialmente en el centro del campo. La defensa estaba a cuadros anteriormente pero con las altas de Moussa y Víctor se ha reajustado el puzzle. En el medio sigue habiendo problemas. Dani Lorenzo y Genaro son los únicos sanos. Es una posición que está cogida con alfileres, y hay más precaución con el marbellí al estar apercibido.
El Málaga tiene un hándicap directo sobre Ibiza y Castellón. A pesar de jugar en ‘desventaja’ Pellicer aclara que no hay que poner excusas y no distrae el objetivo de ir partido a partido, pero con la ambición que requiere la Entidad. Manu Molina es el jugador que está más próximo a abandonar la enfermería, el cuerpo técnico toca madera porque vuelva más pronto que tarde.