@SuarezRMARCA | El desgobierno en el Málaga lleva instalado varias semanas. El último episodio se vivió ayer cuando se conoció que Al Thani había ordenado revocar a Vicente Casado, director general, todos sus poderes para evitar que tomara decisiones de cualquier tipo en la entidad. Por ejemplo, que no cumpliera con el ultimátum que le dio a Javi Gracia en caso de que el Málaga no fuese capaz de ganar al Granada este sábado.
Pero aunque Casado sí podría legalmente tomar decisiones porque una misiva del propietario no es suficiente como para revocarle la firma, moralmente sí que se encuentra desautorizado para llevar a cabo sus funciones. Y, entre ellas, como decimos, se encuentra la referente a la continuidad del entrenador del primer equipo.
Sin embargo, la crisis para el Málaga va más allá. Por ejemplo, los desplazamientos de los equipos de La Academia conllevan unos gastos que nadie en el club puede ahora mismo autorizar. O también está la duda de quién firmará la destitución de Husillos, sentenciado por el jeque, cuando regrese el lunes de sus vacaciones. O quién se encargará de sellar su firma en los gastos diarios que requiere un club.
Si Al Thani ya no confía más en Casado, lo lógico sería cesarle definitivamente de sus funciones y colocar a un sustituto lo antes posible para que el Málaga recupere la tranquilidad a nivel institucional. Sin embargo, el problema es mayúsculo, pues eso requiere de una fuerte indemnización, teniendo en cuenta lo que se le debe al director general en bonus y salarios atrasados. Y sin contar que, si se acatan todas las órdenes del jeque, hay que sumar las indemnizaciones de despedir a Husillos, Novo y Arrabal, los otros señalados por el dueño y presidente.
