@SuarezRMarca | Si La Rosaleda a pulmón acabó entonando el cántico de "directiva, dimisión" y "Al Thani, vete ya", no hace falta más que decir. El Málaga volvió a sumar un nuevo partido, ya van nueve, sin marcar. Y para colmo de males, Rubén aprovechó un error defensivo para plantarse ante Kameni y demostrar su raza pura de goleador. 0-1 y victoria.
Así se llevó el derby el equipo verdiblanco, sin mirar ni una sola vez más al meta camerunés en toda la segunda parte y protegiendo a un Adán que demostró su enorme calidad con unos reflejos que hubiera firmado el mismísimo Íker Casillas. Aún sigue Charles soñando cómo pudo sacarle esa mano para evitar el empate.
Pero no fue más que la demostración palpable de que este Málaga no tiene nada de gol. Dos claras ocasiones en la primera parte, una de Juankar y otra de Tighadouini, fueron el ejemplo de que los de Gracia sí supieron esta vez tener criterio, asociarse, generar ocasiones. Rosales y Boka eran dos puñales, Tissone se gustaba dirigiendo y Charles peleaba todo y se peleaba con todos. La defensa de los Mel hacía aguas, aunque tampoco la local se esmeraba demasiado.
Con el paso de los minutos, ya en la segunda parte, las imprecisiones se hicieron más patentes. Y el Betis no desaprovechó el mal despeje de Rosales, la mala ubicación de Angeleri y la calidad rematadora de Rubén Castro, que ha firmado 7 de los 11 goles de su equipo.
Quedaba media hora de encuentro, pero ya estaba sentenciado. Ni los cambios, con el debut de un bisoño Mastour, hicieron soñar con la remontada. Lo único que remontó fueron los gritos en La Rosaleda contra una directiva y un presidente que han descapitalizado este Málaga, que ya no es la sombra de lo que fue, y que lo único que parece mover es el sillón de Javi Gracia.
