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@Pedromartinper || A falta de trece días para el debut liguero en Segunda División y aunque aún faltan más movimientos en cuanto a altas y bajas se refiere, Muñiz ya va conformando su columna vertebral para la temporada, a pesar de que en muchos puestos todavía tenga muchas dudas sobre quién debe ser el titular. Donde parece que no hay ningún tipo de indecisión es en la pareja de centrales. Luis Hernández y Diego González, que vienen formando dúo en los dos últimos encuentros, son los hombres en los que confía Muñiz para echar el cerrojo a la portería malaguista.
El central madrileño viene de una temporada en la que su rendimiento y nivel se han ido deteriorando en cada domingo que jugaba el equipo. Todo lo contrario que hace dos campañas, donde dejó certeza entre los aficionados de lo buen central que es cuando el físico y la mentalidad acompaña. Para esta temporada existe la incógnita de qué cara veremos de Luis Hernández, si la de un central contundente y seguro, o la de un defensor sobrepasado y con errores garrafales. A pesar de ello, Luis Hernández se postula a ser uno de los buques insignias del barco de Martiricos.
Pero como todo comandante, también necesita un compañero de guerra. Ese es Diego González, que está agradando mucho a Muñiz desde el primer partido veraniego. El gaditano había rechazado ofertas importantes para cumplir el sueño de todos los integrantes de la plantilla desde que descendiese el club, devolver al Málaga a donde se merece. Por ello, el joven central decidió quedarse y luchar por un puesto. A priori, y con la llegada de Pau Torres más la posible incorporación de otro jugador para la zaga puesto que Juan Ramón no cuenta con Miguel Torres, Diego parte con ventaja sobre el resto.
El año pasado, y sobre todo antes de que llegase Ignasi Miquel a la Costa del Sol, ambos ya habían formado pareja de centrales en varias ocasiones, lo que supone para esta temporada un plus en cuanto a la comunicación y la experiencia de `trabajar´ juntos. En los dos últimos encuentros del equipo, donde no encajaron ningún gol, dieron muestra de seguridad y confianza, cualidades imprescindibles para encarar una liga que arranca en menos de quince días.
Diego y Luis en el Bernabéu en la temporada pasada