@Pedromartinper | Hace dos semanas, también en La Rosaleda como testigo, Antoñín debutó en partido oficial con la elástica blanquiazul. Como reconoció el canterano, cumplió el sueño de jugar con el equipo de su tierra. Hoy, 12 de octubre, el que sonrió por la misma causa que el de la Palmilla fue Cristo, que se estrenó en liga con el Málaga CF, siendo el jugador número 358 que se enfunda la zamarra boquerona.
El canterano partió desde el carril izquierdo, por delante del lateral, en este caso ocupado por Diego González. Víctor, de esta forma, protegió el costado con dos jugadores de carácter defensivo y con la consigna de frenar las subidas de Salvi Sánchez. Durante el encuentro no tuvo más errores atrás que en el primer tanto del Cádiz, donde su marca lo sentó después de que el joven lateral le entrase de golpe. Fallos propios de la inexperiencia.
Con el resultado adverso, Cristo le dio la profundidad que necesitaba el equipo, con constantes subidas que hicieron que los rivales le prestasen más atención cada vez que este recibía el encuentro. Pudo explotar una de sus virtudes, los centros al corazón del área, pero todo buen balón necesita un buen rematador, y Sadiku no tuvo el día. En definitiva, correcto partido de Cristo, que aprobó el examen y se llevó los elogios de su entrenador: “Por las circunstancias de jugadores, Cristo era importante. No había podido jugar antes por la reglamentación, pero con la baja de Keidi se abría esa posibilidad. Nos demuestra la calidad que tiene en los entrenos y hoy ha trabajado genial, es una pena que en su debut no se lleve la victoria”.
