@SuarezRMarca | Mario Armando Husillos nunca ha dicho adiós al Málaga. Y nunca lo dirá. Como mucho, un hasta luego. Tras su etapa como futbolista, regresó como entrenador cuando el equipo penaba por los campos de Segunda División B. Y tras su marcha, años después volvió para ejercer como director deportivo, cargo del que dimitió cuando vio que sus decisiones no eran respetadas como él deseaba. Fue la época en la que Bluebay fichó a Schuster en contra de su criterio. Pero a los pocos meses, cuando Casado recuperó el poder ejecutivo, ahí estaba de vuelta, otra vez como máximo responsable de fichajes.
Sin embargo, la caída en desgracia del director general también conllevó la suya porque así lo decidió Al Thani, el mismo que lo sustituyó a mediados de diciembre de 2015 por Francesc Arnau y el mismo que se ha cargado al catalán para contar nuevamente con el hispanoargentino. Su salida en aquella ocasión -tenía contrato hasta junio de 2017-, perdonando dinero y poniendo todas las facilidades del mundo para resolver su finiquito, le dejó la puerta abierta para un posible regreso que se ha tornado en realidad.
Apenas un año y diez meses después de su último hasta luego, Husillos vuelve a su casa, convertido por tercera vez en director deportivo. Su misión será la de reconducir una nave que hace aguas por todos los sitios. Dos meses y medio tiene por delante para reconfigurar una plantilla mal estructurada y con una preocupante falta de calidad. Se avecinan varias salidas en enero para hacer frente a los nuevos refuerzos. Porque los habrá.