@CesarRadioMARCA | El fútbol le debe al Málaga algunas. Y como siempre suele pasar, en el partido en el que menos lo mereció, este caprichoso deporte le devolvió una victoria tras ocho jornadas sin saborear su aroma. Fue en el Juegos Mediterráneos y llegó porque el Almería, con crisis de ansiedad, dispara con balas de fogueo.
Los de Sergi Barjuán podrían haber ido 3-0 en los primeros cinco minutos de partido. Una tras otra oportunidad fueron perdonando la vida ante un Málaga que salió sin tensión. No hay manera de que los de Gracia encuentren el equilibrio. O salen a tumba abierta al ataque y el equipo se rompe en dos o confunden el no arriesgar con salir a verlas venir.
Thievy, Thomas y Wellington fallaron en la meta de Kameni… y su compañero Casado lo hizo en la propia al colar un remate de cabeza de Amrabat. Era el minuto 22 y llegaba el 0-1. Habrá quien piense que la no inclusión de la ‘cláusula del cagazo’ benefició al Málaga con la cesión de Casado, pero el lateral zurdo, en este partido por la derecha, se redimió apenas ocho minutos después. Un saque de falta excepcionalmente sacado al corazón del área pequeña la remató Thomas ante la indecisión de Kameni y de la siesta de los centrales.
Con el 1-1 se llegó al descanso, con un Málaga que tuvo más premio del que mereció en estos primeros 45 minutos. Y no es que cambiara mucho el guión del partido en la segunda mitad.
Thievy decidió aparecer de una vez y Angeleri arriesgó demasiado. Hubo falta pero fuera del área por mucho el ariete almeriense pidiera insistentemente penalty. El árbitro no pitó nada por fortuna para el Málaga. Donde sí lo hizo fue en una acción de Casado contra Amrabat en el que el sevillano se pudo ir a la calle por segunda amarilla. Lo cambió con buen criterio Sergi para evitar la expulsión, como también hizo bien Gracia al quitar a Weligton, muy nervioso durante todo el encuentro.
Mientras tanto, el Almería seguía fallando lo infallable, con Espinosa desaprovechando un preciso pase de la muerte de Wellington. Espectacular la reacción del felino Kameni. Como magnífico fue cómo le buscó la espalda Javi Guerra a Trujillo y cazó el pase de Amrabat en el primer palo. Tocó balón Rubén, pero la pelota terminó entrando para sellar el 1-2 que, a la postre, sería definitivo.
Ahí se acabaron las ideas rojiblancas, que comenzaron a colgar balones al área olvidándose de las bandas. En una de ellas, ya en el tiempo añadido, Zongo la volvió a tener, pero la puntería estaba menos afinada que la escopeta de una feria. El disparo salió lamiendo el palo derecho de Kameni y con él murió el partido, que sirve para que el Málaga rompa su mala racha de ocho jornadas sin ganar y para, de paso, recuperar el séptimo puesto.
El día que menos lo mereció, el fútbol le devolvió tres puntos al Málaga para seguir soñando con Europa.
ALMERÍA: Rubén; Casado (Marín, 58’), Trujillo, Ximo Navarro, Dubarbier; Verza (Hemed, 75’), Corona, Thomas; Wellington, Thievy, Espinosa (Zongo, 65’).
MÁLAGA: Kameni; Rosales, Angeleri, Weligton (Sergio Sánchez, 62’), Boka; Tissone, Darder, Duda (Juanmi, 75’), Samuel (Recio, 85’), Javi Guerra, Amrabat.
