@CesarRadioMARCA | Cierto que quedan 90 minutos de eliminatoria y en casa. Y cierto que se cumplió el objetivo de marcar un gol a domicilio. Pero también es cierto que el Málaga pagó su falta de ambición y se marchó de Riazor sin haber cerrado la ronda.
Todo se le puso de cara a los de Gracia cuando Camacho, en el primer disparo a puerta de los blanquiazules, se impuso a todos por arriba para aprovechar un magnífico lanzamiento de falta de Luis Alberto. Era el minuto 11 y se escuchaban ya silbidos en contra del cuadro local. Pocos, la verdad, porque el estadio presentaba un aspecto desangelado y deprimente después de todos los sucesos acaecidos desde el domingo.
Pero sin hacer nada del otro mundo, manteniendo la posición y sin arriesgar lo más mínimo, el Málaga no pasaba apuros. Y las contadas ocasiones en las que los gallegos se acercaban a su área aparecía imperial el debutante Ochoa. No jugará en Liga pero en su primer partido oficial como malaguista, el Memo demostró que los reflejos los mantiene intactos, lo que seguro envalentonará a los aficionados mexicanos.
No pudo hacer nada en el gol de Diakité, buen partido el suyo, salvo mirar cómo Mateu Lahoz lo anulaba por fuera de juego. Protestaron los deportivistas pero era claramente ilegal una vez que Toché tocó la bola que cayó donde estaba su compañero.
Tras la reanudación, el Dépor siguió apretando y Ochoa tuvo que volver a intervenir ante Toché en la ocasión más clara de los locales. El Málaga siguió sin querer enterarse y tanto fue el cántaro a la fuente que al final acabó rompiéndose. Tras un córner por la derecha, los de Gracia no despejaron con contundencia y Diakité, otra vez él, ganó en el salto para ceder a Toché, quien esta vez no perdonó y fusiló la portería malagueña en el minuto 68.
La verticalidad de Samu Castillejo dio otro aire a los suyos, que se vio reforzado con la entrada de Recio y la posterior de Portillo -15 minutos tuvo en su estreno esta temporada-. Con ellos, el Málaga recuperó la pelota, si bien en ningún momento Lux tuvo que intervenir.
Al final, un empate a uno que sabe a gloria a un Málaga que no arriesgó lo más mínimo y que tiene la posibilidad de rematar la faena en La Rosaleda el próximo 17 de diciembre a las 22 horas. Con nocturnidad y alevosía.