La figura de Sebastián Humberto Viberti Irazoki es casi de cuento. Su paso por el CD Málaga como jugador apenas duró cinco temporadas, pero su huella en la ciudad es eterna. Muchos aficionados blanquiazules no pudieron verle jugar, por edad, pero su figura es más que conocida y respetada entre la parroquia malaguista. Las voces de la época se han encargado de concienciar, generación tras generación, de la extraordinaria importancia de su figura.
Dicen que parecía gigante y que tenía casi un 50 de pie, pero que tocaba la pelota con la precisión de un cirujano. Se cuentan miles de anécdotas sobre él en las calles de la ciudad y muchas de ellas suelen ser confundidas por leyendas urbanas, pero si se realiza una leve labor de investigación, se puede comprobar que en su mayoría son ciertas.
Playas y restaurantes con su nombre -incluso un tipo de bebida- la juventud emulaba su estilismo y el propio Antonio Banderas, nuestro paisano más internacional, reconoció en una entrevista que se trata de su ídolo de la infancia. Málaga es una ciudad que ama y protege a sus leyendas y Viberti, sin lugar a duda, es una de ellas que traspasa las fronteras del propio fútbol.
Este sábado, 30 de septiembre, se cumplen 50 años de su debut oficial. Fue un encuentro de Segunda División ante el RCD Espanyol. Un Málaga en horas bajas se impuso con autoridad por 5-0, pero más allá del resultado, las crónicas de aquel día reflejan con asombro lo que fue el primero de los ‘Efectos Viberti’; aquel cántico a coro de todo el estadio apenas llegado el minuto diez de juego: “¡Viberti, Viberti, Viberti!”
MCFTV ha querido rendir un homenaje a tan tremenda figura. Su hijo Martín, su compañero Benítez, el segundo entrenador Ben Barek, su confidente Andrés Perales y el periodista y escritor Daniel Barranquero nos ayudan a conocer un poco más al mito del malaguismo.