@Carloshernando_ | De marzo a marzo sin ganar. Precisamente, desde el día 19 de 2016, el Málaga ha sido incapaz, a veces por juego, otras por inferioridad y en ocasiones por los árbitros, de llevarse los tres puntos de vuelta a casa. Siempre con las manos vacías o con el sabor del empate en los labios, esmerándose por ende en La Rosaleda para que la tragedia no fuese la protagonista.
Este domingo contra el Leganés se cumple el primer aniversario de la última victoria del Málaga fuera de casa. Si el aficionado viaja en el tiempo hasta el 19 del pasado año, verá cómo el equipo de Gracia visitaba el Benito Villamarín en una situación totalmente opuesta a la que vive el malaguismo esta temporada. Allí se pudo ver un Málaga que muchos hoy en día echan de menos, un equipo trabajado en todas sus líneas y con una idea de juego labrada semana tras semana por Javi Gracia, dominando con ocasiones y agobiando a Adán una y otra vez. Fue Camacho, uno de los pichichis de este año, el que terminó abriendo la lata al aprovechar el balón parado botado por Recio; el maño fue el más listo y aprovechó una mala salida del portero verdiblanco para conseguir los tres puntos.
Nadie podía haber sabido en ese momento que esa victoria se iba a convertir en la última cosechada por el club fuera de la provincia. Al malaguismo se le ha olvidado lo que es sumar de tres en tres, ya no solo en su estadio, sino fuera de él. El pesimismo de los aficionados es palpable cuando el equipo se desplaza y a pesar de ello siempre están presentes para volver a ser testigos de un triunfo a domicilio, acto que se está cogiendo tintes de hazaña histórica por la anormalidad con la que se produce.
La plantilla tiene una oportunidad enorme de romper estos nefastos datos y brindar a la afición un triunfo que tanto merecen y necesitan para salir a flote de la situación en la que se encuentran y el Leganés puede ser la víctima perfecta. Eso sí, todo el malaguismo coincide en que no quieren esperar otro año para sumar los tres puntos y con más razón viendo el calendario como visitante que se avecina.
