«Punto de oro y arbitraje lamentable»

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Me parece de una incompetencia total que el árbitro del partido contra el Real Zaragoza decidiera expulsar a Kevin Medina. Creo que en esta ocasión el VAR hizo su papel al advertirle que acudiera al monitor para reconsiderar su decisión en un lance de juego al límete, pero fue el colegiado Lax Franco el que cometió un error obsceno, de los que debería mantenerle bastante tiempo sin pitar por no cambiar su decisión tras comprobar las imágenes. Lo lamentable es que no hay vuelta atrás, y su decisión condicionó el partido de La Romareda. Por fortuna, el tesón de los malaguistas tuvo su recompensa en forma de punto sumado al casillero para alcanzar los 21 y estar un pasito más cerca de la permanencia sin perder la ambición de mirar hacia arriba. Nunca sabremos si, en igualdad de condiciones, la victoria hubiera caído del lado malaguista, pero lo que sí puedo decir Sr. Lax Franco, ¡váyase al rincón de pensar!

Capítulo aparte merece a mi juicio Kevin Medina, objeto de la injusta expulsión y del error arbitral. Ya he dicho en muchas ocasiones en este Con Rigor que, a mi modo de ver, el del Llano de la Trinidad adopta decisiones inadecuadas como conducciones o regates en zonas de mucho riesgo. La jugada que desemboca en la injusta tarjeta roja es innecesaria, con conducción inapropiada, pero sobre todo de una temeridad extrema por tirarse al suelo al ver que se le escapaba el balón con el pie por delante, aunque lo encogiera a tiempo para no golpear al jugador contrario.

Repito, para que no haya dudas, que el árbitro se equivoca de manera soez al pitar lo que no hay, pero lo es también que una y otra vez Kevin haga donde no debe lo que tendría que hacer cerca del área rival para generar peligro. Creo que es el mismo Kevin el que se pone zancadillas para ser el futbolista que podría ser. Espero que haya alegaciones y, si es necesario, posterior recurso para que no haya sanción ante la evidencia de las imágenes, pero que todo esto le sirva al jugador para recapacitar. Seguro que Pellicer se lo va a hacer ver.

Dejando a un lado este capítulo árbitro – Kevin, elogiable fue el esfuerzo realizado por el equipo para superar la inferioridad numérica desde el minuto 35 y hacer frente a un rival llamado a luchar por el ascenso. Decía un comentarista de una de las plataformas televisivas que ofrecieron el partido, que junto a la injusticia de la expulsión, el Málaga no se descompondría por esta adversidad porque si hay algo que le caracteriza de la mano de Sergio Pellicer, es su rigor táctico. Cuántas veces se ha dicho que el juego de ataque no es la principal virtud de este Málaga, que su juego no tiene brillantez, pero durante el primer tiempo en La Romareda el mejor jugador fue el portero zaragocista con sus intervenciones que evitaron el gol malaguista que estuvo a punto de conseguir Larrubia y Manu Molina, e incluso Baturina con un tiro que se marchó fuera por poco.

Pellicer ganó en la pizarra al veteranísimo Víctor Fernández, antes y después de la expulsión, logrando maniatar a su rival en la línea de creación, mostrando sobriedad en defensa y generando sensación de peligro cada vez que salía al contragolpe. Todo ello hasta la expulsión, porque a partir de ahí el esfuerzo fue descomunal para mantener a raya a los zaragocistas y sin pasar agobios. Y encima, el ‘Santo’ Alfonso Herrero hizo su milagro habitual en forma de parada salvadora. 

Un punto de oro en suma por el esfuerzo realizado y por la superación de las adversidades. La próxima cita es de las que auguran un llenazo en La Rosaleda por el momento del equipo y por la visita del líder, el Racing de Santander, del viejo conocido José Alberto. El partido tiene su morbo y estará en los banquillos.

José Manuel Velasco

Redactor Onda Cero Málaga

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