Me siento ante el ordenador horas después de la conclusión del partido en Santander para escribir este Con Rigor con más frialdad, para no dejarme llevar por la pasión del momento. Habrá que hacer doblete esta semana cuando se sepa el desenlace del mercado de fichajes.
Permítanme primero referirme al colegiado Eder Mallo, el mismo de la noche milagrosa de Tarragona al que desde el Nástic pretenden culpar de no haber logrado el ascenso. Como dije en su momento, este árbitro tiene una personalidad tremenda por la que no se dejar intimidar. Con todo el ruido generado en tierras catalanas, cualquiera ya habría dejado el silbato mientras que él sigue adelante con su función consciente del morbo que representaba volver a dirigir al Málaga. Por cierto, sobre la jugada en El Sardinero con el gol anulado a Lobete por fuera de juego milimétrico, esta vez el VAR dictó cruz para los intereses malaguistas y ahí nada tiene que ver Eder Mallo salvo aplicar lo que desde la sala VOR se le indica con los tiralíneas y creernos que el malaguista estaba en posición antirreglamentaria.
Me centro en el equipo. No Me Digan Ventajista cuando afirmo que Pellicer volvió a cometer un error tan grosero como el de alinear de inicio a Sangalli hace dos semanas contra el Mirandés. Respaldo el trabajo del entrenador, pero las cosas como son. No entiendo la suplencia de Puga, el único lateral potable del Málaga, en beneficio de Gabilondo. Dejémosnos de paños calientes. Gabilondo no da la talla, siento decirlo porque hablar así de un jugador del Málaga significa que su rendimiento no es lo que necesita el equipo.
Esto es fútbol profesional y aquí no se fichan futbolistas para que caigan simpáticos, sino para que realicen lo mejor posible su trabajo como nos ocurre a todos en nuestro ámbito profesional. Si buscan en anteriores Con Rigor, ya me manifesté sobre este futbolista, así como de Juanpe, Víctor García, Dani Sánchez, Sangalli o Sergio Castell, y mantengo lo afirmado sobre todos ellos: su presencia en la plantilla resta porque ocupan plazas que deberían haberse reforzado desde el verano pasado con jugadores que dieran un salto de calidad. Háganselo ver señores Muñoz, Pérez y Juarros porque son ustedes los responsables y no los jugadores, porque han preferido la falta de ambición y no poner el dinero en el césped con lo que se podría haber aspirado a algo más que la permanencia como las plazas de promoción. Por cierto, una bajada a la tierra a Kevin Medina no le vendría nada mal.
Creo que el Málaga tiene una plantilla larga en efectivos, pero corta en aquellos que realmente sirvan para la categoría. Ante los grandes se compite, se planta cara, pero con lo que hay no da para llegar con vida a la orilla tras el esfuerzo de nadar y nadar en un mar con temporal de Levante.
Les invito a una reflexión. El Málaga solo ha ganado a seis rivales esta temporada: Albacete, Huesca, Éibar, Cartagena, Eldense y Sporting. De todos ellos, solo el Huesca ocupa puestos de promoción de ascenso; el Sporting y el Éibar dormitan en la zona media; y, finalmente, los otros tres hacen cuentas para lograr la permanencia. Algunos recordarán que solo se han perdido seis partidos y empatado otros 13, por lo que les pregunto, ¿no creen que visto lo visto, y con al menos tres jugadores de mayor calidad, un lateral izquierdo, un mediocentro y un delantero de verdad, se podría haber aspirado, al menos, a luchar por las eliminatorias de ascenso? Claro que hay que tener en cuenta que el administrador judicial está más por la labor de prolongar su presencia al frente del proceso que tiene maniatado al club y porque su Señoría le eleve los emolumentos, que la cuesta de enero ha sido dura.
José Manuel Velasco
Redactor Onda Cero Málaga
Salvo el caso de Dani Sánchez, que creo que está haciendo un digno papel cuando juega, el resto de los indicados, aunque nos duela, no dan la talla. Lo de Gabilondo contra el Racing ha sido definitivo, si quedaba alguna duda. Ves a Andrés García, el lateral del Levante, o a Panichelli, y se te caen dos lagrimones ante lo que podría ser el Málaga con tres o cuatro jugadores más de ese nivel…
Chapó sr.Velasco, yo no le diré ventajista, ventajista serán los que saquen sus comentarios cuando acabe la temporada, ahí es muy fácil decir ¨ya lo decía yo¨. Como bien dice usted, poner a los Gabilondo, Juanpe, Víctor García, Dani Sánchez, Sangalli o Sergio Castell de titulares para luego sustituirlos (ninguno acaba el partido) es regalarle tiempo al rival y perjudicarnos gravemente ¿ de verdad alguien cree que Murillo lo puede hacer peor que cualquiera de los laterales que tenemos aunque no sea su posición natural ? seguro que no, ya lo ha demostrado, ¿ por que Pellicer sigue insistiendo en los mismos errores una y otra vez ? arriba deben jugar Chupete y Dioni, jugar con los dos y Roko para dar descanso a alguno, y si es verdad que vine otro delantero, pues ni para eso y Castel adiós muy buenas. A los señores Muñoz, Pérez y Juarros yo les daría la pastilla roja que tomó Neo (MATRIX) para que despierten al mundo real y de paso no les vendría mal dársela también a alguno de nuestros jóvenes valores (Cordero, Kevin) y si, efectivamente la plantilla tiene un nivel pobre, para mi le sobran 6 jugadores de la temporada pasada (yo solo hubiera contado con 13) y haber fichado mínimo 10 (o sea 4 mas) y no se ha acertado con tres incorporaciones de este año de seis que han llegado (malos números para el director deportivo, 50%). Yo también voy a esperar al cierre de mercado esperemos que la cosa no acabe peor de lo que ya tenemos. Saludos
Gran artículo que retrata a los arriba, desafortunadamente el fútbol cada vez se parece más a la política, los que quieren mandar, que ni saben, ni están preparados para dicha encomienda y, los que tienen que remar con los pocos medios que tienen. Los de arriba cobrando desproporcionadamente en comparación con el rendimiento que dan los que hacen el trabajo de campo y además la mayoría siendo cantera.
Moraleja: más jurdos para la cantera y menos manteca para los de la cartera.
Gran articulo señor Velasco , completamente de acuerdo con usted desde la primera hasta la última palabra, chapó.