Todos los focos de este Málaga – Cádiz estaban puestos en la figura de Javi Ontiveros. El marbellí, pitado todo el partido, pagó las consecuencias de lo sucedido en 2021 cuando decidió no volver a La Rosaleda, para marcharse al Osasuna. Ontiveros prefirió jugar en Primera a hacerlo en Segunda, además de una mejor oferta económica. Desde aquel día y por más que hayan pasado más de cuatro años, es considerado ‘enemigo público número 1’ del malaguismo y así seguirá por mucho tiempo. Nadie entendió que, tras haber dado su palabra para volver desde Villarreal, dejara tirado al Málaga que en día le lanzó al fútbol profesional. Como dice la historia, ‘Roma no paga a traidores’ y para los aficionados malaguistas, Ontiveros es un ‘traidor’. El tiempo dirá si hay opción al ‘perdón’.
En cuanto a lo estrictamente deportivo, Ontiveros representaba la llamada ‘maldición del ex’, pero lo que no podía imaginar nadie es que fuera Matos quien se encargara de hacerla realidad siendo determinante en los dos goles que certificaron la derrota de su ex equipo, ya que participó activamente en el primero, y fue autor del segundo.
El partido estaba encaminado a convertirse en un nuevo empate, cosa demasiado habitual para el Málaga de Pellicer. Una vez más, no existió creación de juego ni se generó peligro, y lo peor es que la solidez defensiva se resquebrajó sin tiempo de reacción. Me pueden decir que se acusan las ausencias de Ramón, Manu Molina o Luismi, lo cual no negaré, pero no es menos cierto que salvo contadas excepciones, cuando estos jugadores han estado en el campo, el juego del equipo se ha caracterizado por mantener la misma tónica.
Un día más Pellicer se encargó de sorprendernos con la alineación. El técnico eligió al casi olvidado Murillo (partido aceptable el suyo) por delante de Einar Galilea para suplir a Nelson Monte, pero más llamativo fue que Lobete quedara relegado al banquillo. El guipuzcoano venía siendo de lo mejor en las últimas jornadas, por eso sorprendió que Pellicer le apartara de la titularidad. De Juanpe, escogido para la ocasión ante las ausencias en la medular, debo decir que poco o nada aportó al juego y que acusó la falta de ritmo después de un largo periodo de ostracismo. Lo peor es que ni el mencionado Juanpe ni Sangalli, entendidos como opciones en la plantilla para suplir a los ausentes, transmiten confianza alguna.
Lástima que un error de Puga decantara la balanza a favor del Cádiz cuando estaba siendo de lo mejor del equipo, sobre todo en ataque. A estas alturas de la temporada no vamos a descubrir nada nuevo, pero queda patente el problema ofensivo del equipo cuando tu mejor hombre en ataque es el lateral derecho y los jugadores llamados a realizar esta función se caracterizan por su escasa aportación. Baturina, Larrubia, Cordero y Ochoa, este último sustituido cuando mejor estaba empezando a carburar, no aportaron nada o casi nada, pero lo peor es que quienes los reemplazaron no fueron capaces de mejorar las prestaciones. Ni el Sr. Juarros, ni el Sr. Muñoz, consideraron necesario fichar en el mercado de invierno, espero que no tengamos que lamentarlo al final de la temporada.
Ojo que a falta de 12 jornadas para que esto se acabe, la clasificación se comprime y el descenso está a solo cinco puntos. Vemos como hay equipos a los que les tiemblan las piernas como el Real Zaragoza, y otros que están convencidos de remontar el vuelo como el Eldense. El sábado, en el Carlos Belmonte y ante un rival directo como el Albacete, toca otra final para alejar los miedos.
No quiero dejar pasar la ocasión para dar la enhorabuena a los responsables del lanzamiento de la camiseta ‘vintage’ lucida este domingo. La historia no debe olvidarse y es acertado el recuerdo de momentos como el ascenso a Primera de la era Peiró, o de la mítica ‘doble D’ (Darío – Dely), y para la mayoría de los malaguistas parece que también lo ha sido como ha quedado demostrado con el éxito de ventas de esta camiseta. Lamentablemente, el equipo no estuvo a la altura de la camiseta.
José Manuel Velasco
Redactor Onda Cero Málaga
