@SuarezRMarca | No había nada en juego y se notó en el ambiente. Lo que suele ser una Sala Pionir que está llena a reventar, con los decibelios tan altos que incluso se oye el ruído con dobles tapones, era una grada desangelada que llegó por poco a la media entrada. En ese escenario, el que peor lo pasó fue Boatright, reducido a jugador amateur tras cometer pérdidas incomprensibles para un profesional metido en su tarea.
Los serbios quisieron entrar con fuerza, pero el impulso apenas le dejó un 4-0 al que inmediatamente les respondieron con un 0-8 con dos triples, preámbulo de lo que sería todo el primer cuarto, donde anotaron los malagueños 6 de sus 9 lanzamientos exteriores. Especialmente acertado estuvo Wiltjer, con 11 puntos, si bien los de Casimiro, a pesar de ese bagaje ofensivo, sólo alcanzaron una máxima renta de 6 (21-27) por culpa de las pérdidas de Boatright, bien forzadas por Ragland, y del rosco en el rebote ofensivo. Dos triples de Dobric y de Davidovac en el último minuto del cuarto cerraron el primer acto con 26-27.
La ventaja la recuperarían los balcánicos con el primer tiro perimetral de Nenadic, que se erigió en protagonista antes del descanso. 10 puntos y 4 asistencias del base en este período llevaron a los suyos a comandar el cuarto con cierta suficiencia y una ventaja que alcanzó los 10 (51-41) a 2’16”. Se echaba en falta a Wiltjer y se seguía sin ninguna captura en la zona serbia, lo que dejaba sin segundas opciones de tiro a los cajistas. Ni la entrada de Jaime Fernández, limitado por una gastroenteritis, surtió el efecto oportuno. Peor aún fue cuando Boatright volvió a pista y se empeñó en hacer estrella a Ragland y en retratarse como un jugador vulgar. Regalando balones como amateur, los rojiblancos no tuvieron que esforzarse demasiado para aumentar la diferencia, dejándola en 57-41.
En la reanudación, la defensa de los de Casimiro mejoró algo sus prestaciones y los hombres de Milan Tomic tenían más dificultades para anotar con comodidad. Durante muchos fases, ni unos ni otros movieron el electrónico hasta que Unicaja empezó a meter balones interiores a Wiltjer y a Shermadini, lo que combinado con un triple de Wacyznksi a 3’23” para el final del tercer cuarto le puso a 10. Un espejismo porque Davidovac y Perperoglu aceleraron de nuevo para marcharse de nuevo de 16 (81-65) con los andaluces volviendo a abusar del lanzamiento exterior.
El triunfo parecía asegurado para el Estrella Roja, pero haga frío o calor, llueva o nieve, a los costasoleños hay que ganarles al menos un par de veces porque nunca bajan los brazos. En minuto y medio, Jaime Fernández condujo con 5 puntos, y con 2 de Lessort, un 0-7 que les hizo soñar con la remontada (81-72). Perperoglu, otra vez él, aplacó los ánimos con otro triple. Pasaron los minutos por debajo de la decena, pero cada intento de acercarse a menos de 5 era sofocado por los serbios de manera contundente. Al final, un claro 105-89 que es mejor olvidar cuanto antes.
