@SuarezRMarca | Ni los entrenamientos de calidad durante el forzoso parón de la Copa ni las palabras llenas de buenas intenciones pero carentes de credibilidad de los jugadores. Este Unicaja es un alma en pena, un equipo -sic- incapaz de competir al nivel que exige el Top 16 de la Euroliga. Ni Plaza ni los jugadores son capaces de levantar una situación que amenaza con una finalización de la temporada en las próximas semanas. Desde luego, la máxima competición continental ya se puede dar por descartada.
Una nueva derrota, la sexta ya, ha dejado a los malagueños con un balance de 2-6 y sin opción ya para fallar en ningún escenario, ni en el Carpena ni lejos de casa. Si antes del enfrentamiento ante el Darussafaka las posibilidades de llegar al Top8 eran reducidas, tras la enésima desastrosa actuación del Unicaja, ahora son utópicas.
Es lo que tiene que apenas dos jugadores se aproximaran a su mejor nivel. Kuzminskas empezó imperial, como suele hacer. 9 puntos en los primeros 4 minutos. Después, un par de minutos de vacío hasta que Plaza lo mandó a descansar. Incomprensible que ante los problemas ofensivos del equipo, el lituano no volviera a pista hasta la recta final del segundo cuarto. Cuando regresó ya no era el mismo. El segundo que se salva del infierno turco es Fran Vázquez. Metió sus tiros de 5-6 metros y mantuvo a su equipo en el encuentro hasta que le quedó fuelle. El resto, nulo. Algunos, porque la calidad no les da para más; otros, porque ni están ni se les espera. Lamentable rendimiento de Nedovic (0 puntos en 17 minutos) y Jackson (2 puntos en 23 minutos con 0/5 en triples).
El problema ya no es perder -7 derrotas en los últimos 9 partidos- sino la forma de hacerlo. Un equipo de élite, por muy mal que esté, no puede registrar un 3/20 en triples. Y eso firmó el Unicaja. Ridículo, miserable, humillante. Así es imposible siquiera competir con un Darussafaka que vivió plácidamente desde el salto inicial. Sólo forzó a partir del tercer cuarto con un sobrio Harangody (21 puntos) y bajo la dirección de Yagmury, y terminó machacando las ilusiones de los de Plaza dejándoles en sólo 10 puntos en el último parcial.
La Euroliga ya es una quimera y al Unicaja sólo le queda la Liga ACB. La temporada amenaza con ser un infierno con un equipo roto desde dentro y desde fuera, sin unión, desconectados de la realidad. Siguen de vacaciones. La cuestión es que nadie entiende por qué. Ni siquiera eso se han ganado.