Una oda al juego de ataque. Es lo que protagonizó el Unicaja para vencer al Mornar Bar. Los montenegrinos sufrieron en sus carnes la exhibición de los Alonso, Bouteille, Brizuela, Wacynski o incluso Suárez y Thompson. 16 triples anotados de 24 intentos para sellar un triunfo por 98-72 que sirve para recuperar el liderato del grupo B de la Eurocup.
El inicio del Unicaja fue espectacular, un disfrute para los ojos. Para el de los malagueños, por supuesto. Se les veía con sangre en los ojos, queriendo disipar cualquier duda tras la derrota en París en la jornada anterior. En esos instantes iniciales se exhibieron en el tiro exterior con cinco triples sin fallo. Un aviso de lo que estaba por llegar. Alonso, con dos, y Díaz, Thompson y Bouteille, con uno, lideraron el 21-6 con el que pusieron, así de primeras, tierra de por medio. Pero también explotaron una faceta que les cuesta dominar, el rebote. Más de 7 minutos tardaron en capturar su único rechace del cuarto los montenegrinos por los diez que se llevaron los locales. Ver para creer. Sin embargo, tras una tímida reacción visitante, el 27-16 con el que finalizó el acto inaugural supo a poco para lo visto hasta entonces en la huérfana cancha del Carpena.
Alonso, desatado
Pavicevic hizo algunos ajustes defensivos para, al menos, aparentar que se habían presentado. Le funcionó 2 minutos y se acercaron, con una gran acción de Pullen, a 7. Claro que para anular a Alonso no basta con las ganas. Ni aunque le pongan tres policías delante va a dejar de usar su mortífera muñeca. Su mecánica es privilegiada, nada que envidiar a la de Steph Curry. Y así, con dos triples suyos más sin error, con otro de Wacynski y con el estreno de Nzosa, colocaron un cómodo +17 (44-27) en el electrónico.
Excelentes minutos también para Carlos Suárez, al que le está tocando vivir esta temporada más de lo que quisiera en la suplencia. El capi colaboró con otros dos lanzamientos exteriores para firmar el 54-34 con el que se marcharon a vestuarios. La paliza también se apreciaba en los rebotes (17-2) y en la valoración (61-31) en esa primera parte.
Más triples tras el descanso
No podía ser de otro modo que con un triple, este de Deon Thompson, como se reanudara el encuentro. Y Bouteille no quiso ser menos y tomó el relevo de Alonso desde el perímetro para asegurar aún más la victoria. Como Brizuela o Díaz, quienes pusieron el 73-43 ante un endeble Mornar. Los de Bar ya estaban muertos y el Unicaja no quiso hurgar más en la herida. Sólo Jeremic, Vranjes y por dentro Smith mostraron un poco de orgullo.
Al último cuarto, ya con todo decidido, incluso el basket average, se entró con 75-52. Y aunque hubo momentos para el relax en ese rush final, las rotaciones hicieron que los de Casimiro recuperasen intensidad e incluso superasen la treintena de ventaja (98-67). Cuando sonó la bocina por última vez, el marcador del Unicaja – Mornar Bar reflejó un rotundo 98-72 con el que los andaluces vuelven a liderar el grupo B.