@JuanjeFernandez | Partido de objetivos el que tenía Unicaja ante el Alba Berlín. Objetivos muy diferentes y que no todos pudieron ser cumplidos ante un correoso equipo alemán que subió el nivel del último rival en Euroliga, el Cedevita de Zagreb de Jasmin Repesa.
Esos intereses cajistas, tres, los había propuesto Joan Plaza los días previos al encuentro. Llenar el Carpena, jugar con la misma intensidad los cuarenta minutos y, por supuesto, ganar y conseguir la segunda victoria. Y aunque se consiguiese sólo el último, la forma de obtener la victoria seguro que será muy recordada.
Tal y como ocurrió en Zagreb, el Unicaja empezó fuerte el primer cuarto gracias a los buenos movimientos de equipo y a la buena labor interior de Fran Vázquez. El conjunto de Los Guindos llegó a ponerse 9-4 en el marcador, pero de nuevo uno de esos altibajos de concentración, tan criticados por Plaza, hizo acto de presencia y los alemanes anotaron un parcial de 0-10 apoyados en Stojanovski y Alex King. La renta no pudo ser recortada a pesar de los intentos de los malagueños y con 15-20 finalizó el primer acto.
El segundo cuarto dejó un gran Unicaja que mostró su mejor cara defensiva del partido. La intensidad física de los malagueños, y además sin faltas -sólo dos en estos 10 minutos-, apenas dejaba respirar a los berlineses. Eso sirvió a los cajistas para adelantarse en dos ocasiones 33-32 y 36-34. Golubovic, con 11 de valoración, fue quien tiró del carro, bien secundado por los puntos de Vázquez, Markovic y Green, que junto al pívot balcánico, llegaron al descanso con 6 puntos en sus cuentas. Sin embargo, el discreto partido de jugadores como Will Thomas o Vasileiadis, y el polémico arbitraje del polaco Ziemblicki, privó a los locales de marcharse al descanso ganando (36-38).
El tercer cuarto, sin tantos parones como el anterior, comenzó con un increíble intercambio de golpes que llevó a ambos equipos a superar la veintena de puntos en el parcial. Los de Plaza tomaron una leve ventaja en el marcador gracias a los triples anotados por Kuzminskas, que brilló en este tramo de encuentro, Granger y Vasileiadis. Toolson también apareció desde el juego exterior y el Unicaja elevó a cuatro su renta. Banic y Mclean mantenían con vida al Alba de Berlín. Habría tiempo nuevamente para el protagonismo arbitral con la expulsión al final del cuarto de Markovic tras una técnica que supuso su quinta falta. La igualdad era máxima y así lo reflejó el 63-63 final.
Los últimos diez minutos de partido se estrenaron con la primera acción positiva de un, hasta ese instante, muy deficiente Will Thomas. Plaza movió fichas y apostó por cerrar el rebote e intimidar con Golubovic de cinco y Fran Vázquez de `falso cuatro`. Pero la apuesta no funcionó y Plaza se empezó a desquiciar en el banquillo ante el lamentable arbitraje que estaba sufriendo su equipo. Tras una técnica al preparador catalán, el marcador se puso 72-77. Fue entonces cuando despertó el mejor Unicaja de la mano de Granger, al que no le quemaba la mano. A dos minutos del final un `triplazo` de Will Thomas ponía el 82-82 en el marcador.
A pesar de no estar lleno, el Carpena empezó a rugir como en los mejores tiempos hasta que se llegó a la última jugada con posesión para los locales. Los malagueños agotaron hasta la bocina la posesión, que acabó con un maravilloso triple de Vasileiadis que hizo temblar el Palacio para poner el 87-84 final.
Victoria de oro de un Unicaja que demostró hoy que este equipo sabe también sufrir… y ganar.