El Unicaja llegaba con ilusión a la Fuente de San Luis, dispuesto a acabar con el mejor inicio histórico del Valencia Basket, que contaba por victorias todos los partidos que había disputado tanto en ACB (13) como en Eurocup (10). Tenía como argumento Plaza la recuperación anímica de los suyos tras la paliza que le propinó al Andorra y el debut ganador en el Top16 contra el Darussafaka.
Sin embargo, ya desde el primer cuarto se demostró por qué los de Pedro Martínez son conocidos como los Warriors españoles. Velocidad de circulación, buenos porcentajes de tiros, intensidad defensiva… sin prisa pero sin pausa, como un martillo pilón, los taronja fueron aumentando su renta en el marcador para llegar al descanso por 46-35.
Jamar Smith mantenía a los suyos en el partido con sus triples (5/7) y sus 24 puntos. Pero el resto de compañeros, que no llegó a dobles figuras en anotación, no ayudaba nada. Tal es así que sólo Thomas (1/3) y Nedovic (1/6) anotarían desde más allá del 6'75 para terminar con un pírrico 29 % de acierto (7/24). Si a eso se le añaden los múltiples errores desde el tiro libre (65%), se puede calificar casi de milagro que el Unicaja llegara aún vivo al último cuarto.
Pero lo hizo porque, a pesar de la exhibición defensiva del Valencia, cuando uno llega a los 20 puntos de diferencia, termina relajándose. Y eso dio esperanza al Unicaja, que se acercó a menos de diez a falta de tres minutos para el final. Nada que Sato y San Emeterio no pudieran solucionar para terminar ganando 81-70, la distancia real que hay ahora mismo entre un Invictus Valencia y un Interruptus Unicaja al que la Copa se le vuelve a complicar.
![""]("../../../media_noticias/1451852523_estadísticas_valencia-unicaja.png")
