@SuarezRMarca | ¡Defensa, defensa! Es el grito de guerra en muchos pabellones de la NBA para empujar a los suyos a no perder lo que consiguen en ataque. Y es clave en cualquier partido de baloncesto, se juegue en Estados Unidos, en Europa o en Tanzania. El Unicaja, sin embargo, parece haberlo olvidado. Está muy bien el juego ofensivo, el intentar llegar siempre a los 100 puntos, pero necesitas de un equilibrio atrás porque si no es jugar a la ruleta rusa. Y contra equipos como Baskonia, directamente un suicidio.
Le pasó en la Copa contra el Tenerife y le ocurrió en el Buesa Arena, donde los de Casimiro comenzaron arrasando con un Wiltjer espectacular. 11 puntos del canadiense, que firmó el 0-5 inicial, y que comandó a los suyos a un imponente 2-14 tras anotar Milosavljevic, Boatright y el propio Wiltjer tres triples consecutivos. Aunque mejoró algo el cuadro vitoriano, nada podían hacer para sujetar el perímetro cajista que finalizó con 16-25.
Lo malo estaba por llegar. Ilimane Diop hizo para los suyos de Wiltjer y con 9 puntos casi consecutivos dio la vuelta al marcador a poco más de 6 minutos para el descanso. La torrija malagueña fue escandalosa. Pérdidas incontables, mala selección de tiro y una dejadez permanente en defensa que hacía que Poirier (18 puntos y 34 de valoración) viviera colgado eternamente del aro y que los exteriores tirasen a su antojo. Lo intentó Casimiro incluso con una técnica, pero ni por esas despertaban sus jugadores, quienes se fueron a vestuarios perdiendo 51-43 tras humillante parcial de 35-18.
Lessort intenta avanzar hacia el aro vitoriano | ACBPhoto
Lejos de cerrarse, la herida siguió abierta muchos minutos más. En apenas minuto y medio tras la reanudación, el Baskonia ya vencía 64-50 porque el balance defensivo del Unicaja era peor que lamentable. A cuatro minutos del final del tercer cuarto, hubo una tímida reacción visitante con 74-60 en el electrónico después de que un triple de Milosavljevic y una canasta de Díez bajaran de la decena la diferencia, algo que se mantuvo al entrar en el último acto 86-77.
Pero fue un oasis en el desierto porque en cuanto se reanudó el encuentro los de Perasovic volvieron a acelerar. En tres minutos, un parcial de 15-3 ante el pasotismo del quinteto de los malagueños que vio cómo el rival superaba la centena con más de la mitad del cuarto por jugar aún (101-80). Ahí mostraron un poco de orgullo los de Casimiro firmando un 2-12 que maquilló un poco el resultado y que obligó al técnico croata a parar el encuentro. Mano de santo porque los baskonistas pusieron de nuevo las cosas en su sitio para firmar por 112-95 su séptima victoria consecutiva contra el Unicaja y dejar la distancia en la clasificación a dos triunfos.