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EL UNICAJA, RIDICULIZADO POR EL BASKONIA

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Shermadini recibe una clara falta al intentar tirar a canasta || ACBPhoto/M.Pozo

@SuarezRMarca | Si el Unicaja quería evitar la debacle y prolongar la serie ante el Kirolbet Baskonia, realmente ocultó muy bien sus intenciones. Porque lo que tenía que ser una finalísima ante su bestia negra, una encerrona con el factor Carpena como colaborador necesario, resultó ser todo lo contrario. Un paseo en góndola en el atardecer costasoleño para los de Pedro Martínez, que ya desde el primer instante dejaron claras sus intenciones de cortar por lo sano, de no alimentar las ansias de un equipo herido.

 

Siempre por delante desde el salto inicial, sólo se acercaron los de Plaza cuando Nedovic enganchó dos triples consecutivos para igualar a 8 el marcador. A partir de ahí, acelerón de los vitorianos que protagonizaron un humillante 0-19 de parcial en apenas cinco minutos. El roto lo frenó Díez con un triple, pero el daño ya estaba hecho con ese 11-27 del primer cuarto.

 

Se esperaba, aunque fuera por simple orgullo, la reacción local. Pero el espejismo duró un minuto. Con Suárez y Augustine en cancha, el equipo mejoró en defensa -hacerlo peor y con menos intensidad era imposible- pero ni por esas fueron capaces de frenar el acierto desde el perímetro del rival, donde Vildoza, Beaubois e incluso Garino se lo pasaban en grande, con segundas e incluso terceras opciones gracias a la superioridad en el rebote ofensivo.

 

Calmó las aguas Plaza con una zona 2-3, pero las turbulencias aún continuaban amenazando con inundar a la marea verde. Sólo la responsabilidad de Nedovic y el acierto en los libres de Suárez hicieron que se contuviera la sangría y el electrónico en el segundo acto fuera más equilibrado para llegar al descanso 33-52.

 

Tras el paso por vestuarios, la consigna era clara. Nada de relajación en los de Martínez y toda la agresividad defensiva del mundo y mejor lectura en ataque en los de Plaza. Pero ni uno ni otros cumplieron con ese rol. Intercambio de canastas y de errores que volcaron los aficionados malagueños de su lado, lo que hizo que los cajistas se animasen durante un par de minutos para reducir la distancia a 15 puntos. Nada que no pudiera resolver Beaubois con su anotación y dirección para volver a colocar las cosas en su sitio y devolver la renta a los 20 (48-68) con los que se entró en los últimos diez minutos.

 

Ya sin esperanzas en la remontada, lo único que se pedía desde la grada era un mínimo de orgullo para no ensuciar aún más la imagen del Unicaja. Y de eso tienen mucho Carlos Suárez y Alberto Díaz. Pero ni aún así pudieron soñar con lo imposible, por lo que sólo hubo tiempo para ver, quizás, la despedida de Nedovic del Carpena llevándose la mano al corazón. El mismo que queda roto en Málaga y la que late con más fuerza que nunca en un Kirolbet Baskonia que demostró ser mejor equipo y que con todo merecimiento se convirtió en el primer semifinalista en la lucha por el título.

 

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