@SuarezRMarca | El Unicaja no dejó lugar a las dudas de que quiere sellar cuanto antes su clasificación para las eliminatorias por el título y, aunque aún de lejos, seguir aspirando incluso a ser cabeza de serie. De ahí que el Retabet Bilbao, a pesar de Mumbrú, no tuviera apenas opciones de ganar el encuentro y escapar del descenso.
El 8-0 de salida dejó muy claro que el Unicaja no se fiaba lo más mínimo de un rival que ya le sorprendió en Bilbao en la primera vuelta. Con Alberto Díaz llevando de modo magistral la brújula y con un gran acierto desde el perímetro, los malagueños fueron aumentando su renta sin complicaciones hasta disfrutar de 13 puntos de distancia a falta de 2 minutos para la conclusión de ese primer acto después de un 2+1 de Dani Díez tras una genial asistencia de Alberto.
Fue entonces cuando Mrsic, muy ovacionado en su regreso a Málaga, se acordó de Redivo. El talentoso argentino anotó 11 puntos sin fallo en poco más que un pestañeo, incluido un triple sobre la bocina que dejó la distancia en 7 para los locales (30-23).
Mumbrú, haciendo bueno aquello de que los viejos rockeros nunca mueren, firmó el inicio del segundo cuarto con un triple que marcó la tendencia de lo que iban a ser los siguientes minutos, donde el alero catalán dejó atrás sus problemas físicos y su mal inicio en el tiro para firmar 8 puntos y llevar el choque a un empate a 38 a 4’33” para el descanso.
Se vio obligado Plaza a parar el vendaval vasco, algo que llevó a la práctica Waczynski con un triple en contraataque. A partir de ahí llegó la reacción local, abriendo un pequeño hueco que mantuvieron hasta llegar a vestuarios. Fue Milosavljevic el que devolvió la moneda del primer cuarto con una bandeja en el último segundo que sirvió para dejar en la mínima expresión el efecto Mumbrú.
Con 49-42 se volvió a poner en juego el balón naranja, aunque no parecía estar ninguno por la labor de tratarlo con mimo. Al contrario, dos minutos en los que el electrónico no se movió hasta que Augustine anotó con fortuna un tiro desequilibrado. Salin, con un triple, aumentó la renta a 12, pero Mumbrú no estaba dispuesto a que el encuentro se rompiera y cada triple del Unicaja lo contestaba con la misma moneda.
Pero a pesar de su titánico esfuerzo, sus compañeros no andaban tan enchufados y el arsenal local empezó a hurgar en la herida de los de Mrsic. Tanto que los cajistas pusieron tierra de por medio en el último minuto del tercer cuarto (73-52) tras una antideportiva sobre Nedovic y dos asistencias del propio serbio a Jean-Charles y a McCallum.
Esa máxima de 21 puntos fue ya demasiado para el Retabet aun quedando los últimos diez minutos por disputarse. Sólo una excesiva relajación de los locales podría haber hecho posible la remontada. Y aunque existió, Plaza la cortó a tiempo, con 12 todavía de ventaja, para terminar sellando un cómodo triunfo por 93-78.