Fotis Katsikaris continuará dirigiendo al Unicaja hasta el final de la temporada 22/23 después del acuerdo alcanzado con el club de Los Guindos. El técnico griego, que llegó en sustitución de Luis Casimiro en enero. Con la temporada ya muy cuesta arriba, logró mejorar el nivel del equipo, pero los resultados le dieron la espalda. Ahora, tiene un reto interesante por delante. Devolver la ilusión al conjunto del Carpena.
«Estoy muy contento por el acuerdo al que hemos llegado con el club para dirigir el equipo las dos próximas temporadas. Siento una gran responsabilidad, una obligación de recuperar la esencia de lo que significa Unicaja. Soy muy optimista de que vamos a hacer un gran equipo para competir contra todos. Tengo muchas ganas y estoy más motivado incluso. Después de cómo hemos terminado una temporada muy complicada en la que al final no pudimos conseguir lo que la gente esperaba», empezó diciendo Katsikaris.
El entrenador continuó asegurando que «el club está demostrando una confianza en el entrenador. Esto no se basa en los resultados de los últimos meses, sino en que tenemos una sintonía de la filosofía de cómo queremos ver el equipo. Agradezco mucho la confianza para hacer un proyecto, no solo una temporada, sino para construir un proyecto y que cada aficionado de Unicaja se sienta orgulloso de su equipo. Es una obligación recuperar la alegría y el orgullo de los aficionados».
De cara a hacer la nueva plantilla, el técnico tiene ya un conocimiento de primera mano de los jugadores con los que cuenta. «Por supuesto los resultados no están, no hemos conseguido lo que queríamos pero yo ahora ya tengo conocimiento de primera mano de los jugadores con los que hemos trabajado y de lo que necesita el equipo para hacer un grupo fuerte, un grupo con mucha ambición, con carácter, que puede competir contra cualquiera».
Lo primero será definir la identidad del equipo. «Tenemos que crear una identidad, para mí es importante tener un equipo guerrero, un equipo duro, que pueda competir contra cualquiera y dar lo máximo en cada partido, con una mentalidad fuerte, un baloncesto muy dinámico y por eso, una cosa que tenemos que mejorar es el físico. Queremos hacer una química entre el talento y el físico para competir».
«Tenemos que aspirar siempre a lo grande, el equipo ha quedado fuera de playoffs, fuera de la Eurocup. Por eso quiero seguir y tengo ilusión de trabajar para volver a ser un equipo competitivo e intentar hacer el máximo trabajo y llegar lo más alto posible. Es muy pronto porque todavía no sabemos la plantilla que vamos a tener pero la filosofía que tenemos es ésta. Traer gente con ilusión que mejore el grupo y dar un salto físico», son los primeros objetivos que se marca Katsikaris.
Todos esperamos que el año que viene el público pueda volver a los pabellones: «A los aficionados los hemos echado mucho de menos. Ha sido un año complicado y esperamos que la gente pueda volver a las canchas. Será un factor importante para nosotros, para empujar al equipo y arropar al equipo. Queremos ser realistas, primero. A mí no me gusta vender humo, unas ilusiones que no podamos cumplir, pero cuando podamos completar la plantilla pondremos unos objetivos que serán diarios porque así trabajo. Cada día va a ser un reto nuevo, cada partido un reto nuevo, para construir un equipo duro y una mentalidad ganadora».
Y por último, envió un mensaje a la afición. «Entiendo que los aficionados estén descontentos porque no hemos cumplido. Todos los que vamos a seguir tenemos que hacer una reflexión este verano y volver más fuertes porque debemos mucho a nuestra afición. Tenemos que recuperar la alegría y el orgullo de nuestros aficionados cuando vean al equipo luchar en la pista. Esperamos que la gente pueda volver a las pistas y ese ambiente que he vivido como rival. Tengo muchísimas ganas de sentirlo como entrenador de la casa y creo será un año maravilloso».