No hace falta que te frotes los ojos ni que te pellizques las mejillas. Lo del pasado martes no fue un sueño, sino la única realidad que debe existir en el fútbol actual: ver un VAR bien utilizado. Parece que los comunicados surten efecto, puesto que el arbitraje no perjudicó al Málaga. Ávalos Barrera decidió ir a la pantalla para cambiar de parecer y no pitar el posible penalti de Juande sobre Sadiq.
Con el 0-1 en el marcador tras el tanto inicial de Robertone, el killer del Almería aprovechó la zancada de la que presume y se plantó ante Dani Barrio, aunque el ‘9’ no contó con la presencia del ‘5’ de Martiricos, quien decidió ir con todo a por el balón. A primera instancia se podía pitar pena máxima, ya que el contacto parecía evidente; pero para eso está la tecnología: para apoyar y corregir el ojo humano.
Otro de los momentos claves del choque fue el gol anulado de Caye Quintana, bien negado por el árbitro catalán: el ’20’ anotó en posición antirreglamentaria -además, estaba por delante del esférico-. Tras las sombras que han acechado en Martiricos durante gran parte del curso, da la sensación de que la historia entre el arbitraje y el Málaga empieza a tener algo de luz.
