El Málaga recibe en este martes santo atípico a uno de los cocos de la categoría. Un Almería envuelto en polémica, concretamente su técnico, Jose Gomes, tras un penalti a favor del Leganés al borde del pitido final. «¡Respeto!», aclamaba el entrenador portugués, en una de las rajadas más contundentes que se recuerdan. Unas declaraciones que veremos si tienen su efecto en La Rosaleda. Sergio Pellicer ha evitado echar más leña al fuego, al contrario, y motivos no le faltan si tenemos en cuenta los escándalos arbitrales que ha sufrido el conjunto blanquiazul en las últimas fechas.
El técnico castellonense cada vez que se sienta en sala de prensa rebosa atención. Seriedad. Una capacidad para hablar de fútbol que ya quisiera más de uno. «El mejor equipo de la categoría a nivel ofensivo», así de tajante habla Pellicer del Almería. La realidad es que no va desencaminado: 45 goles a favor hasta la fecha, solo superados por el Espanyol de Vicente Moreno. Pero hay más claves del entrenador en su masterclass particular.
El control de las emociones: «El Almería genera un gran desgaste en el rival. Es el mejor rival en ataque posicional y ritmo de circulación. Nos va a obligar a estar muy concentrados y tener un desgaste físico y mental de los más altos que puede haber en la competición».
Análisis técnico y táctico: «Tiene un perfil parecido al Rayo, pero con mucha más velocidad de ejecución en el pase. Si vas a a presionarles arriba son capaces de salir sin problema, lo tienen automatizado. Es un equipo que acumula mucha gente en posiciones interiores, que tiene mucha movilidad; siempre busca dentro para desequilibrar por fuera. Sus goles no corresponden a las ocasiones que generan. Tienen un mínimo de 7-9 ocasiones claras y eso es muy difícil en la categoría».
El mejor ataque es una buena defensa: «Tenemos que ser mejores que en el partido ultimo, a nivel defensivo: ser un bloque junto. Hemos de evitar que se sientan cómodos. Será importante cómo estamos nosotros para hacer la presión. La clave es defender muy bien pero atacar mejor, manteniendo el equilibrio e intentando controlar los hombres del centro del campo».