Las notas del Málaga ante el Tenerife en esta jornada 30 de Segunda. Van del 0 al 10 en el 1×1 de los jugadores blanquiazules.
JUAN SORIANO (7): Su buen momento mental se nota. Actuó con certeza en las jugadas en las que tuvo que intervenir. Está en un gran momento de forma. Le hacen falta en el gol.
ALEXANDER (7): Uno de sus mejores días. Fue un puñal por su banda en la que se asoció bien con Jairo y Jozabed. Buen partido del venezolano.
JUANDE (7): Sin fallos en defensa. El cordobés ganó la guerra ante un rival que fue fuerte en todos los choques. Sin fisuras en los balones divididos.
MEJÍAS (8): Seguro en todo momento. El venezolano cuajó una gran actuación y sigue creciendo jornada tras jornada. Cortó absolutamente todo lo que pasó por su zona.
MATOS (5): Bajó el nivel respecto a pasadas jornadas. Sufrió mucho por su banda y estuvo inseguro con el balón en los pies. No fue su mejor día.
ESCASSI (6): En su sitio todo el partido. El mediocentro cumplió con su labor de sota, caballo y Rey en la medular. Susto con su rodilla en el segundo tiempo.
LUIS MUÑOZ (7): Suma y sigue con los goles. El malagueño dio calidad con sus pases y su presencia en toda la zona central. Sigue creciendo en su posición.
JOZABED (8): Su pase se estudiará en las escuelas de arte. Ahora mismo es de los mejores centrocampistas de Segunda. Fue el mejor mientras estuvo en el campo.
RAHMANI (6): Tuvo un ritmo infernal en la primera parte. Volvió loco a Kakabazde, que le dio patadas de todas las clases. En la segunda parte no se le vio.
JAIRO (6): Justificó su entrada en el once. Participó en la jugada del 1-0. Se diluyó algo con el paso de los minutos.
CAYE QUINTANA (5): No paró de ayudar y correr. Eso sí, no intervino mucho en el juego del equipo. Tiene que aportar algo más con balón.
BENKHEMASSA (5): No ayudó lo que se esperaba a recuperar la posesión.
JOAQUÍN MUÑOZ (6): Su entrada no cambió mucho el partido.
SCEPOVIC (5): Debut y poco más.
CRISTIAN (s.c): Sin tiempo.
Querido Juanje, por mucho que le hagan falta en el gol a Soriano, no es de recibo que un jugador profesional se deje esa pelota en su propia parcela. En la primera parte se traga un despeje de puños que casi cuesta un gol. Al principio de temporada ya le vi un par de acciones iguales en las que se le ve con algo de miedo.