El Málaga lleva todo el curso acusando la falta de gol. Es un problema que ya lastró el cuadro costasoleño en la 18-19, pese a los números de ascenso, y en la pasada temporada, cuando fue de los equipos que menos gol hizo en toda la Segunda División del fútbol español. Ahora, a la falta de gol hay que añadir la falta de puntería. Y es que los blanquiazules, a pesar de meter poco, sí que acertaban mucho. Las primeras jornadas de la competición destacaron por la puntería malaguista.
En las últimas tres jornadas, donde el Málaga solo ha sacado tres de los nueve puntos en juego, los malacitanos han rematado tanto o más que sus rivales. Un total de 35 disparos para un total de dos goles. El porcentaje de acierto es sencillamente terrorífico. Solo un 5% de los disparos costasoleños acabaron en gol. Una cifra que se antoja problemática para un equipo al que ya de por si le cuesta generar.
Contra el Sporting en El Molinón, el Málaga remató un total de cuatro veces más que los asturianos. El resultado fue de 1-0 para el cuadro de David Gallego. La siguiente jornada, en la victoria en casa contra el Rayo Vallecano, los de Pellicer dispararon doce veces, las mismas que su rival. En esa ocasión al menos se ganó el partido. Ante el Mirandés fue la confirmación de esta tendencia. El Málaga disparó un total de diez veces más que el cuadro burgalés. Catorce disparos que no arrojaron ningún gol. Un palo, uno sacado bajo la línea, paradas de Lizoain. El Málaga tiene un problema de definición. La baja de Pablo Chavarría no hace otra cosa que complicar un poco más los inconvenientes en ataque del cuadro de Martiricos. Una puntería malaguista que está más en crisis que nunca.
