El Málaga cumple hoy doce semanas sin ganar en casa. Los blanquiazules no vencen en La Rosaleda desde el pasado 22 de octubre. Ese día venció por la mínima al Sporting de Gijón gracias a un gol de Juande. El equipo de Pellicer se ha dejado muchos puntos por el camino, unos puntos que a día de hoy le colocarían en puestos de playoffs de ascenso a Primera. El Málaga es el tercer peor local de LaLiga SmartBank con once puntos obtenidos sobre un total de treinta. Unos números que nada tienen que ver con el curso pasado. Un año donde los de Martiricos cimentaron su permanencia en casa con las victoria frente a Girona, Dépor y Alcorcón. Por eso Pellicer busca soluciones a una crisis de tres meses.
La primera y más importante es el gol. El Málaga tiene a un central de 21 recién salido de la cantera como pichichi del equipo. Juande suma cuatro goles y el hecho de que no juegue un partido completo desde noviembre no ha afectado a su status de goleador de la plantilla. Le sigue una legión de jugadores que han colaborado a marcar pero que a excepción de Pablo Chavarría, con tres tantos, no aspiran a tener regularidad en esta parcela. Los delantero blanquiazules no marcan desde el pasado 8 de noviembre. Una sequía demoledora.
El físico también es clave. El Málaga parece atravesar el clásico valle que los preparadores sitúan en un tramo del curso. Los blanquiazules han pasado de ser expertos en aguantar las rentas a tener serios problemas para que no le remonten. Este problema no solo se ha trasladado a los partidos como local sino que se ha ocurrido también en la última visita malaguista al Carlos Belmonte.
Existen otros problemas ajenos al equipo que también afectan. La falta de público en La Rosaleda, un estadio con una media de espectadores superior a algunos de Primera, o las decisiones arbitrales, el club se encuentra en guerra contra el VAR, también han influido y mucho para esta crisis de tres meses para la que Pellicer busca soluciones desesperadamente. El técnico ha dicho en el vestuario que el partido ante la Ponferradina es clave. El primero de la segunda vuelta y el primero para definir dónde quiere estar el Málaga realmente.
