Se cierra el telón del medio camino. El Málaga ya ha llegado al ecuador de su aventura liguera de la presente temporada. Un curso que no pintaba bien por temas extradeportivos, pero que Pellicer y su cuerpo técnico, junto a los soldados blanquiazules, han conseguido encarrilar. Punto y final a la primera vuelta malaguista con 28 puntos a las espaldas, seis más respecto al registro de la campaña pasada a estas alturas de la película (22).
Siete victorias, siete empates y siete derrotas. El número de la suerte por norma general en las tres situaciones. 20 goles a favor y 27 en contra. Mallorca, Espanyol y Rayo Vallecano se desahogaron futbolísticamente hablando con los boquerones -10 goles encajados entre ellos-. Juande sigue siendo el máximo anotador en clave costasoleña con cuatro dianas en su mochila. A domicilio, el Málaga continúa con la etiqueta de «peligro, pistón»: 17 puntos, empatado con Espanyol, con cinco triunfos; en casa siguen sin despegar: solo 11 unidades con dos únicas victorias por la mínima frente a Sporting y Alcorcón.
La imagen de hoy en Martiricos preocupó ante un Oviedo que mereció más. Que sirva este parón virtual para poner la mirada en lo que viene delante: eliminatoria vibrante de los dieciseisavos coperos ante el Granada. Además, el colchón momentáneo de nueve puntos sobre el descenso invita a pensar que la segunda mitad de la temporada va a ser tranquila. La función llega a su segundo acto. Punto y final a la primera vuelta malaguista.