Pues en esta ocasión le tocó el turno de perjudicar a los de Sergio Pellicer a un ‘colegiado’ granadino adscrito al colegio madrileño, Moreno Aragón. La expulsión de Yanis Rahmani no sólo fue injusta sino propio de un desconocimiento de lo que supone la práctica del fútbol realmente desesperante. Porque se puede interpretar una ‘supuesta’ agresión de un rival a otro dentro del terreno de juego por parte del árbitro, pero lo que resulta del todo inadmisible es que la intensidad de la misma la determine desde el VAR un individuo cómodamente sentado y calentito, sin tener ni puñetera idea de fútbol.
Al final, para entender los códigos del fútbol, hay que haber jugado a este deporte aunque sea en el barrio con los amigos. No se trata solo de aprenderse el reglamento a pies juntillas, sino también de saber interpretarlo de la forma adecuada en cada jugada. Moreno Aragón decidió hacerle caso al tipo del fino La Ina y la tapa de jamón ibérico Cinco Jotas en la distancia. Diera la impresión de que así ven los partidos desde el VAR.
Entre otras cosas, la lió bien liada porque dejó al conjunto de La Rosaleda en inferioridad numérica injustamente y a sabiendas, lo que condicionó el resto del partido. Digo a sabiendas porque ni uno solo de los futbolistas del Logroñés protestó la supuesta acción de Rahmani, ni siquiera el teórico afectado. Máxime cuando al francoargelino lo habían estado cosiendo a patadas los rivales durante todo el tiempo que logró estar sobre el terreno de juego sin que estos viesen tarjeta amarilla alguna. Porque hay que ser poco avispado para no darse cuenta de la diferencia que hay entre bracear, meter el cuerpo y ganar la posición ante un rival a golpear con intención sobre el rostro de un adversario.
El fútbol es un deporte de contacto, señor Moreno Aragón, no es ni el tenis de mesa, ni el béisbol, ni el voleibol, ni nada que se le parezca. Sin embargo, y no solo por este encuentro, el Málaga CF ha entrado en un ‘Estado de Alarma Arbitral’ permanente. En las últimas siete jornadas ha sido muy perjudicado por los árbitros de una u otra forma, desde que sumó los 25 puntos solo ha recibido errores arbitrales como “recompensa” y empieza a ser cuando menos extraño.
Ha llegado el momento de pedirle explicaciones a LaLiga porque nada de lo que está ocurriendo parece normal y podría ser muy perjudicial para el presente y el futuro de la entidad malaguista.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.