Era una utopía pensar en 25 puntos a estas alturas en el mes de septiembre. Con una plantilla totalmente renovada y con jugadores que llegaron con varios partidos disputados, parecía que el inicio sería arduo hasta que conectaran y conocieran las ideas de Sergio Pellicer. De hecho, el mismo vestuario era consciente del periodo de adaptación que necesitaban y, en consecuencia, de los puntos que dejarían escapar. Pero la realidad no entiende de teorías, sino de práctica.
La unión del equipo, el sacrificio de todos los integrantes, la humildad y hambre de los canteranos que suben… Todos estos intangibles son vitales en una categoría tan igualada como la Segunda División, y son los que han provocado este fabuloso comienzo liguero. Y es que, después de la victoria frente al Fuenlabrada, el Málaga ya suma la mitad de los puntos que necesita para cumplir el objetivo. La cifra gira en torno a los 50 y los blanquiazules cuentan con 25 puntazos.
Solo dos meses de competición le han bastado a Pellicer y sus pupilos para llegar a la mitad de meta. Una meta irreal, puesto que hay más vida más allá del objetivo, tanto que incluso parte de la afición sueña en alto. El equipo está, aunque con un partido más que sus rivales, en puestos de playoff de ascenso, lugar que nadie esperaba. Es pronto para lanzar las campanas al vuelo, pero este Málaga ilusiona a su hinchada con cotas elevadas.