El partido comenzó con un homenaje a Maradona y terminó con otro a Helenio Herrera. Sí, tal cual. El Málaga empezó la noche frío y triste, como el minuto de silencio en memoria del astro argentino. El equipo se encontró en el descanso con un cero a dos en contra que le puso contra las cuerdas. No había sido capaz este Málaga de remontar un marcador en contra esta campaña. La expulsión de Caye Quintana y la lesión de Ismael Casas hacían presagiar lo peor para el resto de la noche blanquiazul. Pero entonces tuvo lugar la magia. El Málaga remontó el partido y lo hizo jugando mejor con 10.
La clave estuvo marcada por dos nombres propios. Jozabed y Joaquín Muñoz dieron la vuelta al encuentro. El sevillano entró cuando todo estaba ya cuesta abajo. Supo leer entre líneas un partido que estaba muy cuesta arriba. Se asoció con Ramón a la perfección y de esas combinaciones entre ambos nació un nuevo Málaga en los últimos veinticinco minutos de partido. El cedido por el Celta empezó a dar pases y junto con Chavarría comenzó a empujar al cuadro gallego hacia atrás.
Si importante fue Jozabed, no se queda atrás Joaquín Muñoz. El malagueño sigue pegando en la puerta de la titularidad fija. Asistencia de gol en la que puso a bailar a la defensa del Lugo antes de regalar el gol a Juande. El extremo fue incisivo. Tanto que Pellicer acabó dejándole todo el carril zurdo para que jugara a sus anchas. El Málaga hizo un homenaje a Helenio Herrera jugando mejor con 10 -el dorsal de Maradona- jugadores que con 11. Algo que no suele ocurrir pero que el mítico entrenador de fútbol defendió durante muchos años.