El Málaga despejó varias dudas en su partido ante Montilivi. Los blanquiazules sumaron su cuarta victoria lejos de La Rosaleda demostrando que son uno de los rivales a domicilio más complicados de la categoría. Los de Pellicer, ayer dirigidos por Manolo Sánchez por la sanción al de Castellón, volvieron a hacer saltar la banca en un partido de los más completos que se recuerdan al cuadro de Martiricos en esta presente campaña. Se zanjó el debate de la portería, funcionó el balón parado, hubo cambio de sistema y todo salió a pedir de boca para un Málaga que volvió a dormir en la zona de playoff de ascenso a Primera. Algo impensable en el mes de agosto.
Pellicer volvió a demostrar que su equipo es muy camaleónico. El preparador blanquiazul apostó por tumbar la defensa de tres centrales y dar prioridad a un centrocampista. El plan le salió a la perfección a los suyos. El Málaga tuvo controlado al Girona, al que presionó mucho, que solo tuvo una ocasión clara en todo el partido. Los problemas en defensa quedaron aparcados durante noventa minutos para un equipo que consiguió dejar la portería a cero después de seis jornadas consecutivas encajando. Un candado que sentará de maravilla a uno de los equipos más goleados de la categoría.
Gran parte de la culpa de que el Málaga no encajara fue de Dani Barrio. El meta malaguista sacó un disparo a yoel Bárcenas pocos segundos después del tanto de Escassi. El de Gijón parece haber adelantado con este partido a Juan Soriano. Nueve choques ha jugado ya el ex del Numancia, que llegó antes, y cinco lleva el arquero cedido por el Sevilla. Pellicer ha apostado por las rotaciones pero los últimos acontecimientos parecen decantar la balanza. Ya es un clamor entre la afición la opinión de que el que tiene que ocupar la portería es Dani Barrio.
Con cuatro mejor que con tres. Es lo que también quedó claro con los cambios introducidos por Pellicer. Cristian, que volvía al once después de un mes, y Joaquín, que fue titular por primera vez en este curso, fueron claves en la ayuda ofensiva al binomio de moda en Martiricos. La pareja Rahmani-Chavarríaencontró acomodo y compañía para un Málaga que estuvo muchos minutos jugando en campo rival. Solo los cuatro de arriba recorrieron 39,8 kilómetros en Montilivi. El Málaga despejó las dudas.