Un penalti más que dudoso en contra del Málaga CF permitió a un timorato Leganés lograr los tres puntos en litigio y mantener su buena racha con los costasoleños. No fue inferior el conjunto malacitano al cuadro pepinero salvo en la inseguridad defensiva, carta de presentación habitual de los de Pellicer, como saben fuera del banquillo por sanción federativa tras su expulsión en Pontevedra.
Da la impresión que el experimento en la portería no funciona, porque de hecho no ha funcionado en ningún club que lo ha intentado. Debe haber siempre un guardameta titular que de seguridad al resto de sus compañeros y un buen suplente dispuesto a sustituirlo con las mejores garantías. De lo contrario nadie se encuentra seguro en la defensa y se termina por contagiar el resto del equipo.
Juande tuvo la mala suerte de ser protagonista en todas las acciones importantes del encuentro y la zona defensiva fue un manojo de nervios casi todas las veces que atacó el cuadro madrileño. La realidad nos dice que los malaguistas siguen sin saber remontar un partido o ganarlo cuando comienzan perdiendo y que cada rival de nivel al que se enfrentan casi siempre les ganan. A ello hay que unirle que algunos futbolistas no están al nivel que deberían mostrar y que alguno que otro parece algo acomodado al tener poca competencia teórica en su puesto.
Es pronto para decirlo, pero o se mejora en la forma de encarar los encuentros, o la nueva racha de partidos sin descanso pueden provocar un roto significativo en el resto de la temporada. De nuevo hay que recomponer la figura tras una derrota inmerecida y casi sin tiempo para lamerse las heridas. Hay que espabilar y dejar de ser conformistas, arbitraje errático al margen, si no queremos sufrir más de la cuenta y de lo necesario.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo ésto último.