El Málaga vivió el verano más complicado de su historia hace unos meses. El club de Martiricos sufrió muchos cambios, entre ellos una remodelación total de la plantilla que puso fin a las trayectorias de algunos jugadores del club. Nombres históricos de varios años; como Adrián González, Juanpi o Luis Hernández, salidas rocambolescas, como las del ERE, y daños colaterales de la mala planificación del club, como la del amigo que espera al equipo costasoleño en las filas de su rival de esta jornada. La marcha de Iván Rodríguez, un malaguista de corazón, fue de las más decepcionantes y tristes que se vivieron el pasado mercado.
El canterano de Alameda tuvo que abandonar el club de su tierra y su infancia por la puerta de atrás y sin oportunidades. Los problemas con las fichas volvieron a hacer de las suyas y a perjudicarle sin que siquiera tuviera opciones de competir con Ismael Casas y Cifu por el puesto de lateral derecho. Por segundo verano consecutivo tuvo que dejar el club de la Costa del Sol rumbo a la Ponferradina, donde esta vez firmó de manera definitiva. Hay que recordar que el defensa estuvo tres meses sin jugar en la campaña 19-20 por culpa de la horrible planificación de José Luis Pérez Caminero. En El Toralín ha encontrado su otro hogar aunque sigue pensando que pudo haber hecho camino en Málaga.
El lateral ha dejado claro en varias entrevistas que no guarda rencor al que su equipo desde crío. Llegó al Málaga CF en 2007, militando en prácticamente todas las categorías de la cantera. Alevín, infantil, cadete, juvenil, filial y el primer equipo, con quien debutó un 15 de abril de 2018 en La Rosaleda frente al Real Madrid CF. Además, en el curso 17/18, fue el capitán en el ascenso del Atlético Malagueño a Segunda División B. A pesar de que tenía contrato hasta 2022, la Ponferradina ejerció la opción de compra llevándoselo de forma definitiva el pasado 8 de agosto. El club le despidió con un discreto comunicado. En el que no hubo mención especial a su trayectoria pese a que Iván es un malaguista de corazón.
En el Bierzo ha encontrado su sitio. El malagueño ha jugado siete partidos este curso y acumula ya un total de 518 minutos. No ha conseguido ser titular indiscutible desde que aterrizó allí, pero espera poder seguir acumulando experiencia en la categoría de plata. El curso pasado no hubo reencuentro por la llamada cláusula del miedo, algo que no ocurrirá esta campaña.